Plasencia. Siglo XVI

Plasencia. Siglo XVI
Luis de Toro, médico e historiador

martes, 22 de diciembre de 2015

Feliz Navidad 2015

Dedicados a tod@s los que hacéis posible que siga escribiendo, a los que con vuestro apoyo silencioso, hacéis posible mi ilusión y a los que no conozco pero os siento en los más profundo de mi corazón: Gracias y Feliz Navidad.

“ Caminante no hay caminos
se hace camino al andar…” (Antonio Machado)
I
Plasencia, mi querida ciudad...
Pero triste es despertar y,
encontrarte de nuevo vacío
más angustioso es vivir,
sin tenerte en mi camino.
II
La huella que en su día, dejaste
ni el tiempo, ni la distancia
podrán borrarla,
podrán llover obstáculos
o  haber oscuridad
pero, nunca olvidarte,
yo pudiera.
III
Esa marcada pisada que,
aún en la más espesa oscuridad,
reluce tu enseña,
tu hermosa figura, LIBERTAD.
 (Autor)

jueves, 17 de diciembre de 2015

SABÍAS QUE ...(II)

Hace 15 millones de años durante el Mioceno Medio, existían cierta especie de la familia de los rinocerontes, conocida con el nombre de hispanotherium matritense, en la Dehesa de los Caballos de Plasencia. Lo prueba los restos fósiles localizados en 1956 y que corresponden a seis piezas dentales y dos piezas óseas. (Institut Català de Paleontologia de Sabadell y descubiertas por Francisco Hernández Pacheco).
 
En la Edad de Bronce Final apareció en la meseta un tipo de incisión cerámica (realizada por un punzón o una sierra dentada, creando trazos pequeños y sucesivos a lo largo de una línea incisa continua) en el paraje de Valcorchero en el término de Plasencia, conocida como de “Boquique”, de donde provendrá su nombre. Los primeros hallazgos los publicó el arquitecto don Vicente Paredes Guillén y lo popularizó Pere Bosch i Gimpera en 1915.

Existe otra zona característica de poblamiento antiguo y a veces desconocida para una gran mayoría, nos estamos refiriendo al castro del “Berrocalillo”, situado en el margen izquierdo del río Jerte, debajo de lo que se ha llamado “la encina solitaria” camino de Carcaboso y, muy próximo a la línea férrea de Plasencia a Astorga. Este poblado se encuentra dividido en dos recintos separados entre sí por un muro de 2,5 m. de grosor y 100 m. de largo. (“El castro vetton del berrocalillo”, por J. Río Mirando Halcón y MªGª Iglesias Domínguez)

Hay otro paraje también poco conocido en la finca de la “Navalonguilla de Arriba” muy próxima a la de Sancho Polo en donde se han encontrado vestigios de habitación y ocho tumbas excavadas en rocas reutilizadas a lo largo de la historia y más siendo un paso obligado de la cañada real.

En el siglo X se han hallado restos óseos en una de las últimas intervenciones en la iglesia de María Magdalena de Plasencia por el arqueólogo Vicente Contreras, por cierto, los templarios a finales del siglo XIII reclamaban una encomienda en esta ciudad, que pudiera estar relacionada con este edificio religioso.

Este puente llamado “Nieblas” está situado en el camino que  va a Malpartida y Serradilla, a veces se le ha llamado  "pontezilla" debido  a su menor  tamaño  respecto del  puente de Trujillo.  Sirve para salvar el arroyo de su mismo nombre, y hablan las crónicas que este arroyo era aurífero y que sus arenas contenían oro. El puente original era romano, pero se le ha reformado muchas veces y ya nada recuerda este estilo.

Este puente siempre inspiró leyendas y temores en la ciudad. Así se decía que en sus cimientos habitaba una mora encantada, la cual salía a pasear el día de San Juan, antes de salir el sol. En este puente se batieron entre si y murieron  por el amor de una mujer, dos jóvenes Monroy...

martes, 24 de noviembre de 2015

D. GUTIERRE DE VARGAS CARVAJAL, OBISPO DE PLASENCIA Y DE SU EXPEDICIÓN AL ESTRECHO DE MAGALLANES. (1539-1541)”


            Esta ansiada y costosa expedición que tantos anhelos y esfuerzos supuso para nuestro prelado, D. Gutierre de Vargas Carvajal, obispo de Plasencia, iba a zarpar en Agosto de 1539 del puerto de Muelas en Sevilla con tres naves aunque existen historiadores que comentan que fueron cuatro.
            Al mando de la expedición en un principio estaba su hermano Francisco de Camargo este pariente del obispo sería sustituido por Fray Francisco de la Ribera no sabemos la causa de su destitución pero si las disposiciones oficiales que se citan sobre el cambio (Real cédula concediendo licencia a fray Francisco de Ribera para que vaya a hacer el descubrimiento concedido a Camargo. 25 de julio de 1539 y Real cédula dando por libre y quito a Francisco de Camargo de lo pactado con él acerca de su expedición. 5 de septiembre de 1539  de la Colección de Documentos Inéditos Para la historia de Chile. Tomo III. Expediciones de Jofre de Loaisa, Alcazaba, Mendoza etc.).
            Nosotros seguiremos la Relación de Navegación de la Armada que mandó el dicho obispo al Estrecho de Magallanes del Archivo General de Indias, en donde se extrae del diario de bitácora, algunos hechos de esta expedición al estrecho de Magallanes, papeles que entregó el cosmógrafo Céspedes.
            “Habiendo zarpado de Muelas  en agosto de 1539 hacia la parte austral y que tras seis meses de travesía el 12 de enero de 1540 están frente a la entrada del río Santa Cruz, siguiendo la costa hacia el cabo Vírgenes que está a 52º y de allí  los tres barcos de la expedición se dirigieron a la entrada del estrecho el 20 de Enero de 1540 embocó la entrada del Estrecho y el 22 se perdió la nave capitana”  - A las otras dos naves no las menciona pues se habían separado. “Intenta socorrer a los náufragos de la capitana, pero un temporal se lo impidió y el 27 de Enero vuelve a tomar la boca del Estrecho, pero no puede hacerlo tampoco lo logra el 29 y el 31 de Enero de 1540, reciben un fuerte viento SSE, que les quiebra la amarra (estaban fondeados, Punta Arena) y deben bordejar”.

            De la nao capitana que naufraga en el estrecho existen  hay varias versiones una la recoge Diego Barros Arana en su “Historia General de Chile”, tomo I…”La nave capitana se perdió en el estrecho, pero su tripulación fue recogida y salvada”, otra del Padre Diego de Rosales en su “Historia General del Reyno de Chile”, I°, Capítulo V°, pág. 32 y 33, narra como con hombres de la expedición del Obispo de Plasencia y en concreto de la nave capitana se salvan tomando la orilla “Sálvese también toda la gente y armas y cantidad muy considerable de bastimentos”, pero la nave que quiso recogerles el fuerte viento se lo impide dejándolos a su suerte “Los tristes y miserables naufragantes que dexamos en la playa y dexa el navío que se pasa de largo en gran desconsuelo, diciéndoles: no sea que nos falte víveres y bastimentos para nosotros y vosotros, se consolaron lo mejor que pudieron y sin descaezer el ánimo formaron alojamiento de las tablas y velas de los navíos y se atrincheraron gobernados por el Capitán Sebastián de Argüello”. De los náufragos que llegaron a la orilla se tienen noticias de que fueron 150 soldados, 30 aventureros, 48 marineros y un grumete, también que fueron salvadas 13 mujeres, pero este dato no está lo suficientemente contrastado como para su valoración, lo mismo sucede con la leyenda de la ciudad de los césares en donde intervendrían los hombres de la expedición del obispo al mando de un capitán Sebastián de Arguello, ya que fray Francisco de la Ribera perdería la vida, dice que se internaron en la Patagonia y fundaron una ciudad: “Trapalanda” o la “Ciudad Encantada de la Patagonia”, que algunos identificaron con la inhallable “de los Césares” (O´Donnell, Pacho: (2004) “El Rey Blanco”. Ed: Sudamericana, Argentina), ante este hecho María Justina Sarabia Viejo, profesora de la universidad de Sevilla en su obra citada comenta “Es interesante constatar que los náufragos de la nave perdida, lo mismo que en el caso de la expedición de Loaysa, pronto se dejaron cautivar por la llamada “leyenda de los Césares”, que se refería a las fabulosas riquezas de una urbe situada en las tierras patagónicas y que recibió su nombre de los compañeros de Francisco César que se perdieron durante el viaje de Magallanes y Elcano pero, curiosamente, no en esa área sino en la de las Molucas. Se entremezclaban así las tierras y los navegantes, siempre a la busca de míticas ciudades”. También Ernesto Morales en su libro”La ciudad encantada de la Patagonia” ed.: Teoría, Argentina, 1994 comenta que dos de los náufragos de la capitana: Pedro de Oviedo y Antonio de Cobos, alcanzaron Concepción donde relataron su odisea y afirmaron que a 41º de lat. Sur, junto a una gran laguna, existía una población inca donde todo era de oro, plata y piedras preciosas.
            Retomemos  el tema y nos preguntamos ¿qué pasó con las otras dos naves, la bautizada como “incognita” y la que logró pasar el estrecho?, siguiendo la Relación de la narración de la armada que envió el obispo de Plasencia, indica que el diario se interrumpe el 31 de enero y se retoma el 4 de Febrero comentando que vieron tierra (es decir que navegaban en mar abierto) y aparecieron ocho o nueve islas. Entre esas islas existe una gran Bahía que llamó de las Zorras en donde encallarían y permanecerán hasta el 3 de Diciembre de 1540, es decir por 10 meses en que salieron con buen tiempo del S y SW y rodearon la isla, donde "perdieron los berzas" (pequeños cañones) y luego el viento se hizo SW y "con él corrieron dos días a buscar la tierra del norte". El día 5 estaban en cuarenta y nueve y un sexto de grado de latitud S. De esta relación Ernesto Basilisco en su libro “La armada del obispo de Plasencia y el descubrimiento de las Malvinas”. Buenos Aires, deduce que el puerto que llamaron "Puerto de las Zorras", "pues había muchas de ellas", que las zorras (o zorros malvineros) eran abundantes en las islas, donde se les conoce con el nombre de "Warrah" corresponde a las islas Malvinas y no sólo por este hecho geográfico, sino también por la descripción paisajística que según este almirante, se describe en los papeles de este anónimo escribano: “Toda esta tierra es rasa, sin ninguna arboleda y muy ventosa y demasiado fría, porque durante ocho meses del año siempre nieva… y existe una turba muy sólida cuya capa tiene 2 ó 3 pies, hay patos, gansos, lobos marinos” sin embargo estos argumentos se ponen en duda por los historiadores ingleses que inciden que esta nave habría llegado al Canal Beagle, a quien pertenecían islas y bahía.

            La relación de bitácoras se interrumpe con su llegada a la isla de Santo Tomé en el golfo de Guinea ya que equivocaron la ruta y fueron a parar al cabo de Buena Esperanza y de ahí a la citada isla y posteriormente a España (Instituto Histórico de la Marina, “Colección de diarios y relaciones para la historia de los viajes y descubrimientos”, Madrid 1943 p. 20-23, cita obtenida del libro “Los obispos de Plasencia…”, óp.)




            De la tercera nave que atravesó el estrecho al mando de Alonso o Francisco Camargo (ya que al no existir suficiente información sobre esta nave, tan sólo por breves reseñas y en las que unas veces a parece como Alonso y otras como Francisco, si tenemos en cuenta la obra citada de una de los biógrafos de D. Gutierre de Vargas, Asunción Fernández Hoyos, óp.c.  indica que falleció antes que el prelado y que éste no ayudó a la familia de aquel, por consiguiente que habría vuelto a España, tal vez en la nave que denominamos “incognita” y que Alonso sería el que comenta  Diego Barros Arana en el Capítulo cuarto: Valdivia; su entrada a Chile. Fundación de Santiago (1539-1541) en su “Historia general de Chile”. Tomo primero “Cuando Valdivia en su marcha por el territorio chileno, se hallaba a pocas jornadas del valle de Mapocho, supo por los indios que una nave española recorría la costa vecina. Inmediatamente despachó a uno de sus capitanes, a Francisco de Aguirre, a comunicarse con los navegantes en el puerto de Valparaíso, donde se les suponía fondeado. Pero aquella nave no se había detenido allí más que algunos días, de manera que cuando Aguirre llegó al puerto, ya había partido aquélla con rumbo al norte. Ese buque, mandado por un oficial llamado Alonso de Camargo, formaba parte de una flotilla de tres embarcaciones que un año antes partiera de España para conquistar y poblar en la región del estrecho; y era el único que después de fatigas infinitas, había logrado penetrar en el Pacífico…recorrió las costas de Chile, tocó tierra un poco al norte del río de Lebu y después en Valparaíso y, por último, llegó al puerto de Quilca en el Perú. El torbellino de la guerra civil arrastró allí al capitán y a muchos de sus compañeros, y hasta hizo perderse la relación cabal de este viaje “. 

viernes, 23 de octubre de 2015

SABIAS QUE...

.- “...Era costumbre que los mejores lugares de la capilla mayor de la Santa Iglesia Catedral se sentasen los caballeros y principales de la dicha ciudad, los Zúñigas al lado de la epístola y los Carvajales al lado del evangelio...”(Archivo Histórico Catedralicio de Plasencia. Legajo 19, extensión 19 sin paginar)

Escudo heráldico de la familia Carvajal-Girón
.- En la plazuela de Ansano existe una casa que en un principio eran de los hermanos Alonso García Alegre, mercaderes y que fue adquirida en 1592  por don Diego González de Carvajal, tesorero de la Santa Iglesia Catedral de Plasencia por la cantidad de 309.350 maravedíes, es decir 9.098 reales y 18 maravedíes de la época. Era conocida también como la “Casa del Escudo” o casa de “Carvajal- Girón”. Hoy hotel “Carvajal – Girón”, Archivo Histórico Catedralicio de Plasencia. Legajo 99, extensión 82)
ugaresconhistoria.files.wordpress.com/2011/09/espadac3b1a-catedral-palsenci


.- Fue dada una sentencia con causa criminal seguida contra don Francisco de Salcedo, corregidor de esta ciudad, por haber sacado del sagrado templo de la santa iglesia catedral que llaman lo viejo, a la gitana Ángela de Alvarado, habiendo ésta solicitado auxilio a los canónigos de dicho templo.
El corregidor placentino, fue condenado a que hiciese el reloj, que hoy se puede ver en una de las espadañas de la catedral. Año de 1695 (Archivo Histórico Catedralicio de Plasencia. Legajo 19, extensión 3)
(Fuente del Cabildo desde la Catedral. Plasencia)

.- El obispo don Gutierre de Vargas Carvajal tuvo un hijo, que fue reconocido por nuestro rey don Felipe II, llamado don Francisco de Carvajal que después sería corregidor en la ciudad de León y que moriría por la peste en aquella ciudad. (Archivo General de Simancas, Patronato Real, caja 59, doc.146, línea 17 y ss.)

.- Que la expedición del obispo Don Gutierre Vargas Carvajal, fue conocida como “las naves del obispo de Plasencia” 1539-1541. Las fuentes son muy escasas en el propio archivo catedralicio de Plasencia o en las actas capitulares no se hace mención a este suceso, tan solo pequeñas aportaciones de algunos historiadores placentinos, pero sin entrar en muchos detalles. Hoy sabemos que existe muchas más información de cómo fue la preparación de la expedición pero menos de los sucesos que se produjeron. Están recogidos en la Relación de Navegación de la Armada que mando el dicho obispo al estrecho de Magallanes, en el año de 1538, que se encuentra en el  Archivo General de Indias, Patronato, 259, R. 13.

domingo, 4 de octubre de 2015

Las rivalidades entre las oligarquías placentinas durante las Comunidades.

   Fueron muchos los motivos de enfrentamientos entre el patriciado seglar y eclesiástico de la ciudad de Plasencia. Los pleitos y las excomuniones entre ambas partes y las acaecidas desde el inicio de esta centuria (XVI) arrastraban las causas, los motivos y las consecuencias – todos ellos económicos-del último tercio del siglo XV y ahora en el presente, cuando la bonanza económica era tan considerable y tan manifiesta en la construcción de una nueva catedral. Los intereses, la avaricia, la ostentación y el deseo de poder se observaba más que nunca en una  confrontación ya directa entre el Concejo y el Cabildo catedral.
 He intentado hallar las causas de estos hechos pero no he encontrado una sólo sino muchas que han promovido tales actos.
    Tantas rivalidades, tantos egoísmos, tantos interés partidistas, tantos deseos de poder social, económico, de preeminencias y ostentaciones que ensombrecieron en esta centuria, las obras culturales realizadas, las manifestaciones caritativas y pías que durante este siglo XVI se produjeron en Plasencia. Comencemos nuestro relato con un hecho peculiar y particular extraído del libro de actas del Cabildo Catedralicio datado de 1515- 1535.

En donde se nos indicaba que el Cabildo catedralicio sufría las alteraciones que se producían en nuestra ciudad en el levantamiento de las Comunidades castellanas y en su página 147 dice: “En Plasencia a veinte días del mes de abril de mil quinientos veinte años estando los reverendos señores presidente de deán y cabildo de esta santa iglesia de Plasencia ajuntados a su cabildo en la capilla de san Pablo sita en el claustro de la dicha iglesia y estando presente en el dicho cabildo don Luis de Cáceres arcediano de Trujillo y don Fernando de Carvajal arcediano de Medellín,  el maestro Andrés de Carmona y Juan de Carvajal canónigo y Hernando de Villalba y Juan Ruiz de Tripiana racioneros dijeron que por cuanto al presente esta ciudad está muy escandalosa sobre grandes diferencias y divisiones que hay entre unas parcialidades y oposiciones de la dicha ciudad sobre lo cual están tomadas las iglesias y torres y encerradas en ellas con gente armadas  y de esta manera todas las casas de caballeros y la ciudad está encastillada y se vela y guarda y de la defensa”. (1)

martes, 8 de septiembre de 2015

El romance de los hermanos Carvajales despeñados.1312

            De esta historia o leyenda han transcurridos en un día como hoy 703 años. Merecía la pena que todos conocieran lo que sucedió en aquel año que tiene relación con el primer Carvajal llegado a Plasencia.

       En tiempos del rey D. Fernando IV tuvo lugar un suceso que en aquella época causó una gran impresión a toda la sociedad española, como fue el caso de la muerte de los hijosdalgos, D. Pedro y D. Juan Alfonso de Carvajal, hijos de D. Alfonso de Carvajal, que a su vez, fue el hijo de D. Gonzalo González de Carvajal, el primero de esta familia, que residió en Plasencia. Hombres todos ellos, tenidos en alta estima y consideración por los reyes, D. Fernando III el “Santo“ y  D. Alfonso X el “Sabio”.

       La historia de los hijos de D.Alfonso de Carvajal, comienza con las rivalidades existentes, entre dos linajes, “Carvajal y Benavides”, de donde como siempre acontece, nacieron entre ellos, bandos y pasiones, que duraron mucho tiempo y como estos caballeros de tan ilustres apellidos estaban en la Corte, las enemistades revivieron de donde nació, que un caballero llamado Pedro Bujo o Buxon de Benavides y Pedro Alfonso de Carvajal se desafiaron e hicieron “campo” (duelo), cerca de una de las puertas, (que desde entonces se llama del “Campo”) de la ciudad de Valladolid, en donde estaba la corte en aquella época.

       D. Pedro Alfonso de Carvajal, mató al de Benavides, en tiempos del rey D. Fernando IV en cuya casa y servicio se criaba, un hijo del Benavides muerto, siendo éste muy estimado por este rey, no traería nada más que complicaciones y problemas a los Carvajales como así sucedería.

       La corte de Castilla y León, se traslada a Palencia y en esta ciudad, es muerto sin saber por quién, un tal caballero llamado, Juan Alfonso de Benavides, hermano del muerto Pedro de Bujon.

Aquel perdió la vida cuando iba del palacio a su posada, lo cual, fue renovar a todo el linaje, la muerte del otro hermano y del hijo que era de tan alta estima del Rey y, aunque no se pudo averiguar el matador, todas las culpas cayeron del bando de los Carvajales.
      
El rey D Fernando IV, estando en Alcaudete (Jaén), es mal informado contra ellos y  manda al Almirante de Castilla,  a prender a los dos hermanos de Carvajal, son apresados, conducidos, juzgados y sentenciados al tercer día de su presencia ante el Rey.
       La sentencia era a muerte, siendo despeñados en la peña de Martos, provincia de Jaén.
       Muerte harto rigurosa y que solamente hay constancia de otra ejecución de este tipo en los Anales de Aragón, la cuenta D. Jerónimo Zurita en los “Anales de Aragón”, en el 2º volumen de la 1ª parte, libro 8º, capítulo 33,  en tiempos del rey D. Pedro IV de Aragón y que aunque la ley 24º, artículo 2.1 de la partida 2ª dispone, que los caballeros hijosdalgos, por delitos despeñen y, entre otras penas, ponen esta, con todo, por ser tan rigurosa, no se ha usado en España.
       En este romance, algunos autores, dicen que les mando cortar el Rey, pies y manos y sacar los ojos y después, despeñarlos, mas otros, no cuentan más de sólo despeñarlos.
      
Los cierto es, que éstos, sufrieron esta tan horrible muerte y sintiéndose antes de ser ejecutados, inocentes y mal juzgados, por el tribunal de la Tierra como indica el romance,  apelaron para el del cielo y emplazaron al rey (de ahí, su sobre nombre del “Emplazado”), para que pareciese ante Dios, a dar cuenta, porque les mandaba matar, de aquel género en que ellos morían, en treinta días.
      
La sentencia, fue pronunciada, el 8 de agosto del año 1312 y el emplazamiento fue para treinta días después, hecho que sucede, con gran estupor y sorpresa en vísperas de nuestra señora de septiembre, que es el día 9 de este mes.

“Acababa el rey de almorzar y como era usual se retiró a reposar, pareciéndoles a los criados que dormía mucho entraron a despertarle y le hallaron muerto, el último día de los treinta señalados”.
      
La muerte del rey tan repentina, causó mucha admiración y conocimiento por parte de todos, de la inocencia, de los dos hermanos.( Se ha mantenido, la transcripción literal )


miércoles, 2 de septiembre de 2015

La lucha por una silla en el coro de la Catedral de Plasencia. Año de 1571


Las investigaciones realizadas hasta el momento en el archivo histórico catedralicio placentino a veces te deparan ciertas sorpresas tan interesantes como la que de forma breve voy a extraer de mi investigación sobre “las relaciones entre el concejo y el cabildo placentino en la segunda mitad del siglo XVI” y que lleva por título: “El valor de un sitial en el coro de la Santa Iglesia Catedral de Plasencia”. Ciudad en donde he nacido, dónde me he formado y de la que me siento orgullo...
Este pequeño artículo es un breve resumen del contenido en mi libro: ”Momentos del cabildo catedralicio placentino en la segunda mitad del siglo XVI”
 “... Viernes, 9 de noviembre de 1565. El nerviosismo y la expectación en la fábrica de la Catedral placentina era tanta que tras 21 años, el obispo don Pedro Ponce de León y su cabildo habían decidido una vez finalizadas las obras de adecuación de la sillería del Coro sacar ésta de donde habían sido depositadas el 27 de junio de 1544, en una de las casas de la fábrica en la que habitaba Juan Leal cercana a la catedral. (Benavides Checa, J.: (1999) Prelados Placentinos”, Plasencia. Ed.: Sandoval. Pág. 67)
            Los trabajos eran muchos e iban a durar varios meses, así el 19 de enero de 1566 ya estaba colocada en su lugar definitivo. (Oc.”Prelados...” Pág., 68)
¡Por fin!, la obra escultórica de Rodrigo Alemán, podía lucir  toda su grandeza en su nuevo habitáculo tras este largo paréntesis. La belleza sería nuevamente admirada, al igual que  la maestría de unas hábiles manos que supieron en madera de nogal, darnos una amplia iconografía de finales del siglo XV y principios del XVI, poniendo en ella un rico contraste iconográfico entre lo etéreo y eterno o entre  la virtud y la avaricia; y si cabe, entre lo humano y lo divino.
Sus sitiales del alto y bajo coro situados en la catedral nueva, resplandecían y elevaban aún más a las dignidades eclesiásticas en sus “tronos” de taraceas, cresterías y remates de un claro estilo gótico-flamígero, en donde el poder político ocupa sus esquinas, representado por una fuerte monarquía autoritaria, la de los Reyes Católicos, y en su frontal, el poder eclesiástico flanqueado por dos altas dignidades – el Deán y el Arcediano de Plasencia y Béjar-.
Sin embargo, lo que nunca nuestro maestro Rodrigo podría llegar a sospechar es que sus sitiales, y dos de ellos,(el del Deán y el del Arcediano de Plasencia y Béjar) sufrirían un conflicto de intereses.
Sí, su obra ampliamente admirada debería ser política y económicamente sopesada y al final juzgada y sancionada  por el propio papa, el Sumo Pontífice Pío V.
Un pleito que duraría tres años, seis meses y once días de disputas por una sitial - la del Deán: don García Jófre de Loaisa o la del Arcediano de Plasencia y Béjar: D. Fabián de Monroy y Carvajal –todos ellos representantes de dos familias placentinas muy influyentes- que enfrentaron al obispo don Pedro Ponce de León y al Vicario General don Andrés Hernández por una parte con el cabildo catedralicio, su deán y arcipreste por otra,  desde el 15 de mayo de 1568  hasta el 4 de noviembre de 1571. (Archivo Histórico Catedralicio Placentino Legajo 92, extensión 8 sin paginar, desde ahora AHCP. Leg.98, ext., 8  s.p.)
            El motivo o la disputa de las muchas que existieron a lo largo de todo el siglo XVI placentino, se centraba en que el prelado de la diócesis placentina había nombrado un Vicario o Provisor General, que hasta entonces había ocupado el cargo, el Deán del cabildo catedralicio. Sin embargo y ante la necesidad de ausentarse de su sede y que está siguiera gobernada por una persona ajena al Deán, hizo recaer este cargo en la persona de don Andrés Hernández.

 No sentó nada bien y mucho menos cuando el Vicario planteó la necesidad que en ausencia del obispo, debía él acudir a los oficios y horas canónicas que se celebraban en coro de la santa iglesia catedral y si era el representante del obispo debería tener un sitial digno, no pudiendo ocupar el del obispo, por su categoría, debería ocupar el sitial que está a la derecha o la izquierda del episcopal. Entonces, ¿Estarían dispuesto a perder su sitial y su preeminencia el deán o el arcediano de Plasencia en favor del nuevo Vicario? Por lo que no es de extrañar, que ninguno de ellos quisieran dejar libre su asiento no sólo por la pérdida de autoridad ante los otros canónigos, sino también por las prebendas que percibían por su participación en cada uno de los actos y oficios divinos que según el puesto que ocupase dentro del cabildo, así percibían. Además que si aquellos cedían, perderían ante los demás el poder de facto en detrimento del Vicario General... Varias sentencia fueron dadas: una por el Juez Metropolitano de Santiago de Compostela (la diócesis de Plasencia en este tiempo pertenecía a Santiago) y otras dos por el Tribunal de la Rota. Todas habían fallado a favor del señor Provisor para que ocupara cualquiera de los dos sitiales.
 Sin embargo el cabildo catedralicio promovido por su deán y el arcediano de Plasencia y Béjar debido a sus influencias, no aceptaron las anteriores sentencias y decidieron recurrir a su Santidad, el Papa Pío V.
 La bula plomada de su Santidad llegó a la ciudad de Plasencia sobre el día 23 de mes de octubre de 1571, viernes y el notario Diego de Toro de esta ciudad sería el encargado de leer y notificar. Decía lo siguiente: “estando ausente el obispo del coro de la dicha iglesia de Plasencia, la silla que está a mano izquierda del dicho obispo, en la que es del Deán y la silla que está a la mano derecha del obispo que es la del arcediano de Plasencia sean acostumbrado hasta aquí a sentarse en el dicho coro estén vacías de manera que ni el Deán ni el Arcediano de Plasencia se sienten ni puedan sentarse en ellas sino que se sienten en las sillas contiguas e inferiores de las dichas dos sillas y en este caso el oficial y Provisor y Vicario General del dicho obispado que es o por tiempo fuere de Plasencia cuando entrase a oír misa y los oficios divinos se pueda sentar en la silla más preeminente de las dichas dos sillas que han de estar vacías” ...(Archivo Histórico Catedralicio Placentino: legajo 98, ext., 8)

miércoles, 22 de julio de 2015

La leyenda de la judía llamada "Raquel"

DON ALFONSO VIII, REY DE CASTILLA Y LA LEYENDA DE LA JUDÍA FERMOSA, CONOCIDA COMO "RAQUEL".

            Hace ya algún tiempo, cuando estaba inmerso en esta historia recordé que ésta había de escribirla con pinceladas cortas, dando a cada una de ella, el trazo y la forma precisa y siendo fiel al objeto que quería representar sino uno podría caer fácilmente en embellecerla según mi idea o modo de verla, por este motivo, he querido ser honesto con las opiniones plasmadas mucho antes por personas muy relevantes en el mundo de la historiografía más reciente y relatarles una de las historias tan bien trazadas por los enemigos de nuestro rey castellano Alfonso VIII, que incluso hoy, se duda de que no fuera verdad, aunque hayan pasado más de 800 años. Sin embargo en estos tiempos parece que todo lo antiguo y sobre todo la Edad Media, ha tomado un gran auge por la aparición de tantos libros que algunos, (los menos, afortunadamente), escriben contando historias de reinos y hazañas que nunca han existido, caballeros victoriosos de no sé qué batallas, obispos y abades misteriosos con secretos bien guardados, tesoros por descubrir, relaciones desconocidas entre la astronomía y el arte y un sin fin de no sé que cosas más, ¡hasta el cine! retoma el gusto por lo épico.
            En cambio, los que intentamos estudiar los legajos antiguos, descifrar en sus contenidos las relaciones existentes entre linajes, sus anhelos, deseos y miedos, sus ambiciones y traiciones en estas coordenadas espacio – tiempo que se nos ofrecen y en la que nos vemos envuelto a través de los diversos escribanos, también nos sentimos llamados a la inventiva, pero ajenos a esta idea, intentamos ceñirnos a la verdad. Sí la verdad,  aunque algunos puedan pensar ¿qué verdad? No quiero entrar en estas disputas ni ahora, ni después, mi verdad se encierra en lo que se lee, en lo que se puede testificar con un documento de la época, lo que se pude observar y cotejar en unos papeles (algunos en pergamino), en los diversos archivos de nuestro país y localidades y en los estudios de hombres y mujeres que silenciosos y  ajenos a tanta efímera fama hicieron y hacen que nuestra historia se escriba con mayúscula por su entrega y profesionalidad.
            Nuestra leyenda empieza de esta forma: .- Corrían  los años en el que el emperador Alfonso VII así llamado por los hombres y mujeres de aquel reino de León y de Castilla se enfrentaba a los árabes cuando le sobrevino la muerte bajo una triste encina del Muradal, en Sierra Morena. Dejaba a sus hijos Sancho III y Fernando II que por rivalidades y ambiciones de esos tiempos se repartirían los reinos de Castilla y León respectivamente.

jueves, 16 de julio de 2015

Curiosidades

Este relato escrito a finales de siglo XVI, se publico en unos de los libros escritos de las curiosidades de España dedicándoselos al Príncipe de Piamonte, el primogénito del Duque de Saboya, muerto en 1580, posteriormente en 1886 se reimprimió la obra, y en unos de sus libros, tomo II, en su pagina 254, nos dice…


El cual, prosiguiendo su camino fué á Toreil, y de allí a la venta de Masagona, en donde en toda aquella tierra vid que araban los bueyes con unos ramplones como medias herraduras. De allí fué á Malpartida, donde se labra hoy día una iglesia de San Juan Bautista harto buena, y de ahí otro día á Plasencia, donde vio la iglesia catedral, que es de las cosas curiosas que hay que ver en España: un verdadero joyel de oro. Solo se nota por falta ser el cabo de altar bajo, mas el principio es tan rico que parece que nunca se ha de acabar. La obra es delícadissima, y las junturas de las piedras tienen un dedo de oro. La raya que en ellas había de quedar señalada esta tan dorada, que el oro embebe la blancura; en una palabra, acabada será obra digna de ser vista. Tiene el Obispo quarenta mil ducados de renta; es tierra regalada, y es el vergel de Castilla por las frutas que en esta Vera de Plasencia se hallan; ciudad opulenta en muchas cosas; terná al pié de cinco mil vecinos; hay gente noble, que vive allí el Marqués de Mirabel y muchos hidalgos, y gente de pro y hartos mayorazgos. Por la cual, por breve tiempo discurrió el Pelegrino, y fue de allí á Santo Domingo, un monesterio bueno y claustro muy alegre, con una sacristía hecha desta obra de Talavera, cosa curiosa harto. De allí fué a San Francisco y á Jesus, otro monesterio, y acabadas las devociones, fuese a los recreos que los frailes tienen, entre los cuales es una isla bien arbolada, formada por un rio, que Xerete se llama, y gozala más que nadi Don Favian de Manroyo’, que es un caballero de muchas..."

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lunes, 29 de junio de 2015

Poema: "Madres"

I
Si al mirar hacia delante
ves un inmenso horizonte,
paso a paso has de conseguir llegar.
II
Si el camino se te hace abrupto
y te cansas de andar,
no dudes en apoyarte
hijo, con quien contigo va.
III
Si al acercarte a un riachuelo
ves tú corazón  brillar,
no mires su hermosura
sino lo que dentro de él va.
IV
Si la fatiga te vence
en tu difícil  peregrinar,
acuérdate de otros
que sufrieron por llegar.
V
Si la sed y el sudor
aprisionan tu cuerpo.
despójate del que tienes
y no pienses en el qué dirán.
VI
Si un árbol con sus sombras
te invita a descansar
corre aunque no puedas
es que te quiere parar.
VII
Si al tropezar
 ves tú sangre brotar,
es señal inequívoca
 que estás a punto de llegar.
VIII
Si de tú caída dolorosa
brota una flor hermosa,
guárdala en tu pecho
es un don que Dios te da.
IX
Si al amor te sientes llamado
abre el corazón al viento,
y acéptale como el único
que te puede librar,
X
Si en tú caminar encuentras
un gran pico, mano a mano
sudor a sudor, le has de escalar.
XI
Si al final las fuerzas te flaquean
y tú mente se rebela
por tanto sufrir y llorar.
XII
Acuérdate de las alegrías
que en tú vida sentiste
junto a mí, tú madre.
XIII
Sigue hacia adelante hijo,
no llores mi ausencia
porque  tú  madre, 
a tú lado siempre estará.

                   Alfonso Párraga Sánchez.

A ti mamá

Hace ya tres días que te fuiste mamá y las lágrimas todavía nos empañan el rostro, pero queremos ser, como tú nos enseñaste y debemos a pesar de nuestra tristeza y dolor, hacer llegar nuestras palabras de agradecimiento en primer lugar, a todos aquellos profesionales tanto de la UCI en Cáceres como del servicio de urgencias y de la plata 5ª de hospital de Plasencia por sus muestras de cariño hacia contigo y hacia nosotros, especialmente a ti Marisol. Gracias.
En segundo lugar, a todos aquellos que nos habéis acompañado en los momentos de dolor y que con vuestras palabras y consuelo, habéis hecho un poquito más llevadero todos estos momentos tan difíciles. Gracias.
En tercer lugar, a todos sus vecinos y vecinas del barrio viejo de la Data que tanto cariño la distéis y que acompañasteis en su último camino.
Y por último a tí mamá, la más bella de todas las mujeres, la más cariñosa, la que se fue sin quejarse, en silencio como no queriendo molestar. La que con su ejemplo, nos enseñó cómo debíamos: respetar, querer, amar, comprender y compartir con los demás. La que ha sabido darnos un modelo de vida y ha sido un ejemplo constante para sus nietos y nietas. Gracias mamá y siempre te seguiremos queriendo.
Por tantas y tantas cosas que nos distes ahora te dedicamos este poema escrito para ti y que muestra como nos enseñaste en esta vida y tan profundo fue tu ejemplo que ha  calado en nuestro interior, como forma de ser y de vivir.

 Plasencia 29 de junio 2015

Poema: "Las madres"

viernes, 12 de junio de 2015

LEYENDAS EXTREMEÑAS.

LA LEYENDA DE RACHA RACHEL O EL CASTILLO DE PEÑAFIEL.
(Extraída del libro de Rafael Alarcón: “La otra España del Temple”. Ed. Martínez Roca)

Cuenta la leyenda que por esta tierra nuestra de la alta Extremadura, entre la sierra de Gata y la frontera portuguesa, se encuentra el río Erjas y, sobre una de sus riberas existe un pico en donde se halla el castillo de Peñafiel también llamado de Racha Rachel como así se le conocía en tiempos de moros y templarios. Era en esta época llena de mitos, de leyendas, de caballeros andantes y de hechiceros, cuando existía una gran nigromante llamada Miriam, la “egipcia”, quién vivía en un palacio subterráneo encantado y que acostumbrara a quienes por allí merodeaban, llevárselo por medio de poderosos hechizos, haciéndoles servidores suyos y manteniéndoles a su lado mediante encantamientos.
En una de tantas incursiones que los caballeros cristianos hacían en tierras moras, nuestro joven e ingenuo caballero templario, Leafar, envuelto por los encantos de una bella doncella que resulto ser la temible hechicera quién por medio de reclamos mágicos lo atrajo al interior de fatal morada. Allí permaneció el joven durante largos años, sirviendo como uno más, a veces como criado y otras como juguete de nuestra hechicera.
Cuando nuestro caballero estaba a punto de rendirse a tal fatal destino, llegó al palacio encantado una joven mora de nombre Rachel, cuya belleza había cautivado a nuestra bruja sin saber que ésta iba a ser su perdición.
El amor inundó los corazones de ambos jóvenes y esta fue la fuerza para su libertad. Durante años el joven templario había ido sustrayendo cada día un poco de oro que la bruja atesoraba, escondiéndolo bajo una piedra del bosque donde solía ir en busca de leña o caza sujeto a una cadena invisible que lo aprisionaba.
Con una parte de dicho oro, el caballero forjó un anillo y lo puso en el dedo de la hermosa Rachel, al tiempo que pronunciaba una fórmula mágica que había leído en los libros mágicos de Miriam, pero que a él no le había hecho efecto, sin embargo la joven mora quedó desencantada pudiendo huir y con el oro sustraído Rachel construyó un castillo sobre la peña más alta que dominaba el río. Se dedicó a estudiar todas las ciencias con un propósito liberar a su amado Leafar. Éste entre tanto había logrado adquirir de la biblioteca del palacio encantado todo el conocimiento mágico y plasmándolo en unos libros que entregó de forma oculta a Rachel quién seguía libre a pesar de los intentos de encantamientos de nuestra bruja, gracias al anillo de oro y a su hechizo.
Ésta envió con un gato sabio a nuestro joven la fórmula para romper su encantamiento; el caballero la recitó en voz alta y entonces, el palacio, se deshizo y él se encontró en medio del bosque al lado de la piedra en donde escondía su tesoro. Sin embargo Rachel, se olvidó de comunicar al gato sabio el lugar en dónde ella se hallaba a fin de que su amado la encontrarse.
El caballero lleno de tristeza y de esperanzas iba preguntando a las gentes por los caminos: ¿Dónde está Rachel?, a lo que respondían “Racha Rachel, no sabemos quién es” y nuestro joven caballero se iba desconsolando hasta que un feliz día al atravesar un bosque de zarzas, descubrió no lejos una peña sobre la que se alzaba un castillo; en la linde del bosque encontró una dama a la que hizo su pregunta: ¿Dónde está Racha Rachel? Pues nadie sabe dónde está ni quién es”, a lo que la joven contestó sonriendo: ”¿Racha Rachel?, ella sabe quién es”, al tiempo que señalaba hacia una hermosa doncella sentada sobre una roca.
Cuando se acercó a ella, veloz por obtener la respuesta deseada, pudo ver que no se trataba de otra que de su amada Rachel, la cual iba cada día a esperarlo allí, pues sabía por las estrellas que ése sería el lugar de su encuentro.
Rachel y Leafar vivieron para siempre en el castillo, que en su memoria de la bella mora y de la fidelidad mostrada por su amado templario recibió indistintamente los nombre de Roca de Rachel y Peñafiel.
Todavía hoy en las noches de luna llena dicen que pueden verse sus espíritus vagando entre las ruinas; pues gustan de volver aquí para recordar los años de pasada felicidad, siendo tradición que si una pareja de enamorados logra verlos serán dichosos eternamente, como ellos lo fueron...

(Imagen extraída de: www.viajarporextremadura.com/)

lunes, 8 de junio de 2015

Extracto sobre linajes placentinos: Carvajales

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LOS CARVAJALES.-
    Sus miembros aparecen ya en la reconquista en la cuna asturiana de Covadonga, pues don Guillén González se casa con la hija de don Pelayo.
   Estamos en la Edad Media y ya en ese tiempo, los Carvajales ocupan pueblos de Cáceres, de Plasencia y de Coria. Por tanto en esas regiones aparecen las armas de los Carvajales, que, nada menos, proceden de la época de Cid.
  Dichos escudos o blasones presentan una evolución que podemos contemplar en los numerosos que existen en nuestra ciudad, el primero llega con don Diego González de Carvajal, setenta años después de su fundación y que traía campo de oro, con banda tal vez azul para que con posterioridad pasara a ser negro por los hermanos Carvajales muertos en la Peña de Martos por mandato de Fernando IV orlada con hojas de roble dado que la etimología de Carvajal viene de Carvallo, cuyo significado es roble.
    En Plasencia podemos contemplar estos blasones o escudos heráldicos en la Catedral, en el convento de las Claras, en la plazuela de San Nicolás, en la Puerta de Trujillo etc.
   Estos escudos también sufrieron modificaciones por casamientos con otros miembros de otros linajes como el de la plazuela de Ansano que pertenece a los Carvajales – Girón.
    Los carvajales acomodaron a sus hijos, en cabildos y monasterios,  en el concejo de la ciudad y en arrendamiento de las rentas por el paso de la Mesta o en parroquias valiéndose del derecho de patronato.
   El patrimonio de los Carvajales, es muy distinto de lo que gozaban los  caballeros en Castilla, en la Edad Media, a causa de los repartos sucesorios, máxime por parte de la esposa.
   Siendo la nobleza placentina de segunda fila, no llega a ocupar los puestos de la gran nobleza de España.
   Su línea de primogenitura no fue muy adinerada, si lo fue la de la mujer, de donde surgen grandes caballeros como los Grimaldo, Torrejón, Vargas etc., también presentan hombre de letras, obispos, cardenales, cronistas y puestos importantes en el ejército o en las órdenes de caballería.
  No todo era felicidad en esos linajes porque ha enfrentamientos, entre los miembros del mismo tronco familiar. Así vemos la lucha de los hijos de Monroy contra su primo Hernando de Monroy, el “Bezudo”.
 Cuando Plasencia pierde la condición de realengo en 1442 para pertenecer a los Zúñigas, aparece el estatuto de los desterrados, que eran los que no aceptaban la condición de que Plasencia fuera ciudad de señorío. Por eso las familias de los Monroy y de Torrejón con los Carvajales se enfrentaron a los primeros Zúñiga.
Con el paso de los tiempos los carvajales conseguirán unirse con los Villalobos, Vargas, Nieto, Girón, Loaisas etc...
   En esta época más que en otras surge la importante función de los testamentos y de las Capellanías, con la que la nobleza quería asegurarse el favor de Dios, mediante una buena muerte, amén de no disgustar a sus allegados, por tanto también la ejercieron los Carvajales que meditarían las coplas cantadas por Jorge Manrique escritas en pleno Renacimiento:

“Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por eso no nos engañen
pues se va la vida apriesa
como sueño;
y los deleitos de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,

eternales.”

(En recuerdo de las monjas de San José)

martes, 2 de junio de 2015


ENFRENTAMIENTOS Y PLEITOS ENTRE LAS ORDENES MILITARES: TEMPLARIOS Y ALCANTARINOS.  (S. XIII-XIV)

Un ejemplo claro y documentado es el pleito existente entre el Concejo de Plasencia y los templarios de Alconétar que se narra durante el proceso del Temple en Salamanca el 21 de octubre del 1310 y que tenía reminiscencias anteriores concretamente en un diploma del rey Sancho IV, dado el 2 de mayo de 1292.
       El monarca Sancho IV, emite un diploma datado el 2 de mayo de 1292, para zanjar las contiendas que por cuestiones de límites mantenían el concejo de Plasencia y los comendadores templarios de la Puente de Alconétar, que tantas muertes ocasionaron, disponiendo el terreno que cada una de las partes había de poseer y los límites que señalaba, para quitar toda contienda entre el Concejo placentino y los Templarios de Alconétar.(Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Sancho IV de Castilla, Madrid 1928, III, doc. 420).
       Los templarios de Alconétar tenían sumo interés en obligar a transitar por este puente, que ellos habían restaurado entre 1230 y 1257 (Gonzalo Menéndez Pidal, Los caminos en la historia de España, Madrid 1951, p. 55-56) a todos los viajeros que pretendían atravesar el Tajo, cobrándoles en él un portazgo.
       El Papa Clemente V afirma Correa y Roldán ordenó a los metropolitanos de Toledo, Sevilla, Santiago y Lisboa que se reuniesen en concilio provincial para indagar sobre la conducta de los templarios, con facultad de procesarlos y prenderlos, si se les consideraba culpables, puestos que habían sido acusados ante el pontífice de gravísimos crímenes. En cumplimiento de lo prescrito, el 21 de octubre de 1310 se reunieron en Salamanca el arzobispo de Santiago de Compostela y los obispos de Lisboa, Guarda, Zamora, Ávila, Ciudad Rodrigo, Plasencia (Don Domingo), de Mondoñedo, de Astorga, de Túy y de Lugo Compareció ante el concilio el maestre del temple en los reinos de Castilla y León, Fr. Rodrigo Yanes junto con los principales de su orden. Tras unas seria investigación la asamblea provincial declaró que no encontraba culpabilidad en los templarios y, aunque según su comisión pudieran absolverlos, por la reverencia del superior, remitían al Papa la sentencia.
Mis imágenes\fonpate.jpeNo obstante, a este informe favorable debieron ocurrir ciertas cosas raras, al menos en la última década del siglo XIII, en las proximidades de Plasencia, en relación con la orden del Temple. En una carta firmada en Ciudad Rodrigo en 1292, que transcribe Benavides Checa, Sancho IV  habla de una contienda ente el concejo de Plasencia y los templarios, a los que se acusa de asolar Extremadura desde el puente de Alconétar, ya que acaecieron allí muchas muertes y quemas y prisiones y desdichamientos y prendas y robos y otros muchos desaguisados.
       Otro dato que podemos aportar son los enfrentamientos entre las órdenes de Alcántara y del Temple aquellos para impedir el cobro del portazgo templario mediante saqueos, en lugres próximos al castillo y puente de Alconétar, como Garrovillas, Cañaveral y otras posesiones que mencionamos con anterioridad. Los daños entre ambas órdenes fueron mínimos si exceptuamos las dos causas que iban a romper el frágil equilibrio que había existido hasta entonces. La causa fueron dos impuestos relacionados con los ganados y mercancías. La encomienda templaria de Alconétar cobraba por el tránsito de ganado y mercancías: el portazgo, por atravesar sus puentes, usar sus barcas y sus caminos particulares a razón de un tanto por cabeza de ganado y vehículo. Los demás hacían lo propio, pero parece ser que los caminos más transitados habían quedado en manos del Temple. Además la Orden restauró como ya aludimos el puente romano de Alconétar entre 1230 y 1257, imprescindible para la vía de la Plata en su camino hacia Santiago de Compostela desde el Sur, con lo cual peregrinos, ganaderos, mercaderes preferían pagarles por cruzar cómodamente el río antes que hacerlo en las lentas barcas transbordadoras de los de Alcántara. Ello, junto con la feria-mercado del pueblo de Alconétar y los peregrinos que acudían a la capilla del castillo, para venerar la milagrosa y mágica reliquia del Mantel de la Última Cena, actualmente se encuentra en el museo catedralicio de Coria, hicieron que la presión se hiciese insoportable para la Orden de Alcántara.
Escamoteados por los sucesos de Ronda, los alcantarinos, se prepararon a conciencia, decididos a mermar el poderío de sus competidores y, sin duda deseando vengarse de la derrota toledana. A finales del verano de 1257 atacaron tres lugares fortificados diferentes para impedir que las respectivas guarniciones pudiesen auxiliarse entre sí. Las víctimas fueron la aldea de Peñas rubias, Peñas Sequeros y la villa de Benavente o Zarza. Lugares que se localizan entre los ríos Árrago, Ribera de Gata y Erjas, que hacen frontera natural con Portugal.

martes, 26 de mayo de 2015

D. Calixto Payan y Vargas (II)

            Permanecí durante un rato largo callado, absorto en lo que acababa de leer. Miré entonces por la ventana hacia el busto del Marques, y mis sentimientos afloraron, quise conocerle y descubrí a un gran hombre, quise saber y aprendí de él el  valor de la humildad, quise averiguar y hallé su huella.
            En estos sentimientos me encontraba cuando me vino a la memoria esa frase de Antonio Machado, cuando decía: "... que había dos clase de hombres: los que  viven  hablando de virtudes y los que se limitan a tenerlas..."   En verdad que este hombre las tuvo.
            Recuerdo una imagen desde muy niño en aquel querido colegio de "San Calixto", situado en la calle del Rey, entonces con el número 21 y casa del marqués. La cual, se ha repetido en mi vida y en muchos momentos he sido fiel testigo de aquellos hombres ya entrados en años, cuando depositaban en el pequeño patio de colegio en donde se hallaba la estatua del marqués, unos ramos de flores y veía como brillaban en sus ojos sus lágrimas y la voz entrecortada cuando cantaban el himno de la Constancia.
            Hombres, para los que este fundador, fue el padre que nunca tuvieron y que al ser acogidos bajo su protección, fueron educados e hicieron de ellos, unos hombres de provecho.
            Éstos eran y fueron, nuestros queridos "CALIXTOS", hombres huérfanos para los que este fundador, fue el padre que nunca tuvieron .
            Asimilé la labor de tantos hombres que lucharon por conservar este legado y la abnegación para servir a los demás, dirigiendo esta obra, intentando hacerla mayor. Para ello, cuando el edificio principal, se iba quedando pequeño, los canónigos (sacerdotes) de la catedral o profesores del seminario que dirigían este centro, junto con los patronos de la fundación, decidieron acoger a más alumnos con dificultades y para ello, desearon edificar un gran centro en 1886, que tu hoy conoces como la Universidad. Sí, no te sorprendas, fue nuestro centro, aunque nunca se ocupó, ya que fue vendido al Ministerio de la Guerra  en 1920.
            Aprendí, como los miles de alumnos que ya han pasado por este centro, tanto internos, que vivían dentro del colegio de la calle del Rey, nº 21, como externos: la entrega, el servicio, la humildad y la devoción a María que nos fue enseñada a partir de 1943 por una Institución, de entrega abnegada hacia los demás y que nos dejaron una forma de ver la vida y de compartirla, me estoy refiriendo a la Institución Maristas y al ejemplo que durante 43 años nos mostraron unos hombres, que todavía hoy, recordamos a pesar de dejarnos en 1986.       
            Comprendí en el presente actual, que teniendo como patronos de la fundación “Marqués de la Constancia”, al Sr. Obispo de Plasencia, como presidente, y vicepresidente, la Alcaldesa de la Ciudad. Al titular colegio, la Sociedad Cooperativa, fundada por padres del centro en 1984 y a la Asociación de Padres/Madres, al Profesorado y  Alumnado, que  tenemos que sentirnos orgullosos de pertenecer a este Centro y afrontar con honor y valentía esta historia tan llena de huellas imborrables y cargada de tanta humanidad.
            Sin olvidarnos del pasado, sabemos que todavía hoy en el presente, hay necesitados, tal vez, no haya huérfanos, pero si muchos alumnos/as con dificultades, unas académicas o económicas otras personales y por ello, nos necesitan.
            Además, descubrí que no puedo convertir mi trabajo en este colegio de “San Calixto”, en un solo medio económico, sino que existen  muchas historias, historias  de miles de hombres y de cientos de mujeres a las que  debo en su memoria, honrar, transmitir y  hacerme valedor suyos,  porque si no, alguna vez la propia historia interna de este centro educativo, me lo reclame.

“...Que allí donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; donde haya discordia, ponga yo unión; donde haya error, ponga yo verdad; donde haya duda, ponga yo fe; donde haya desesperación, ponga yo esperanza; donde haya tinieblas, ponga yo luz; donde haya tristeza, ponga yo alegría...”
 Alfonso Párraga Sánchez.
(Uno de tantos)


(Continuará)