2 DE FEBRERO DE 2017.
Antiguo Concejo placentino |
Palacio Episcopal |
Han sido muchos los enfrentamientos
entre el Cabildo y el Concejo de mi querida ciudad de Plasencia a lo largo de nuestra historia, hoy en
vísperas del día de las Candelas que era tan señalado no solo en nuestra ciudad sino
también en nuestros pueblos limítrofes quiero hacerles llegar uno de tantos
enfrentamientos.
El Concejo placentino tenía dos
visitas oficiales a la Santa Iglesia Catedral en forma de autoridad o de
Ciudad, una el día de las Candelas y otra el de Corpus Cristi y éste quería que
a su llegada fuesen recibidos dignamente como lo que representan, es decir, que
saliesen a recibirlos con la Cruz y que dentro de la Capilla Mayor se les diese
el incienso y la paz como solía hacerse por parte del Cabildo Catedralicio de
Badajoz a su Concejo. Además, que su ubicación y estancia fuese acorde con su
prestigio y que pudieran tener unos bancos con respaldos para poder dignamente
asistir a las horas y oficios divinos-todos sabemos la duración del ceremonial
litúrgico en aquella época-.
Sin embargo, el
Cabildo, consideraba que si hiciese ese recibimiento sería ir contra el
ceremonial canónigo y una forma de
debilitar sus preeminencias y libertades y podrían perder su influencia -como
dicen ellos- ante los caballeros más principales que acudían a sus oficios
divinos.
Ya
conocemos aquella frase de don Miguel de Unamuno cuando decía: “...las
intestinas disensiones de su belicoso cabildo, luchas de canónigos que ponen en
conmoción al pueblo entero…”
Pues bien, el 24 de Enero de 1612 el
Obispo, Deán y Cabildo recibieron una nueva Real Provisión expedida en Madrid
por el rey don Felipe III, que era ya la tercera sobre este mismo asunto, las
anteriores venían fechadas los días 23y 24 de noviembre del año de 1611, a las
que no había obedecido el cabildo e
indicando en éstas como en aquella, la forma y manera de recibir el
Cabildo Placentino al Concejo de la Ciudad, que consistía en salir en procesión
con las cruces desde la puerta de la iglesia hasta donde alcanzara a recibir al
Concejo que vendría en forma de ciudad, -esto era norma que ya se venía
haciendo desde el tiempo del rey don Felipe II -.
No se iba amilanar el cabildo, todo
lo contrario, pondría en marcha todo su aparato judicial: notificaciones,
súplicas, ejecutorias, autos, etc., aspectos todos legales para seguir
manteniendo su autoridad y preeminencia social ante sus diocesanos.
Hasta cuatro Provisiones Reales tuvo
que emitir su majestad don Felipe III, la última viene fechada el 24 de febrero
de 1612 elevando la cuantía a cincuenta mil maravedíes para la Cámara de su
majestad, si el cabildo, no accedía a recibir al Concejo de la forma y manera
que merecía cuando venía en forma de Ciudad.