“EL SEPULCRO DE DON
FERNANDO DE CHAVES.
AÑO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DE 1559”
En
nuestra ciudad de Plasencia existen ciertos rincones muy especiales que
reclaman nuestra atención. Uno de ellos, está dentro de la iglesia parroquial
de San Nicolás. Nos estamos refiriendo al sepulcro labrado en piedra con cuatro
leones (sólo se conservan dos) afrontados y rematados con varios arcos de
estilo gótico y ubicados junto a la capilla de los Loaisas con quienes tuvieron
parentesco (Archivo Histórico Catedralicio de Plasencia legajo 98, extensión 2,
a partir de ahora AHCP.), hacia el altar de la Asunción, donde se encuentra la
imagen de la Virgen de Fuentidueñas y
una preciosa lápida en donde apreciamos los escudos de armas de dos
familias importantes de nuestra ciudad: Loaisas y Yangüas.
Sin
embargo nuestro sepulcro no presenta ningún signo distintivo como: un blasón o
una lápida mortuoria o una inscripción;
ni referencias documentales en los historiadores placentinos y, sin embargo,
denota la importancia que tenía para la nobleza en general de aquella época, el
buscar el espacio eclesial en donde la misa, como sufragio para las almas de
los difuntos es continuamente celebrada y un sentimiento muy unido a la vida
espiritual, hace que busquen en su inseguridad ante la muerte, este espacio
(monasterio, catedral, iglesia o convento) para esperar el Juicio Universal
(Ariès, Ph.: “El hombre ante la muerte”. Madrid, 1999).
Una vez más, el destino ha querido poner en
nuestras manos un documento que aunque roído y medio deshecho por la humedad,
iba a dar luz a nuestro misterioso asunto. Nos estamos refiriendo a unos de los
muchos legajos, sin numerar, que existen dentro del Archivo Catedralicio
Placentino y que en esta ocasión iba a ser el vehículo esencial para descubrir
este enterramiento.
El
documento que a partir de ahora dataremos como legajo sin fechar, extensión 16
como así consta en el ángulo superior derecho Leg. sf. 16-14, viene fechado y
dice: “En la ciudad de plasencia A
seis días del mes de diziembre año delnacimiento de nuestro salvador Jesucristo
de mill e quinientos e cincuenta nuebe años”, (Leg. sf. 16-14, línea
primera en mayúscula, todas las demás
minúsculas). Por estas fechas, había fallecido el célebre obispo madrileño,
expedicionario, reformador eclesiástico, arquitecto..., del cuál hemos
celebrado, el quinto centenario de su nacimiento en el 2006; por consiguiente,
al estar vacante la silla episcopal, el deán don Juan Blázquez de Cáceres era
el máximo representante de la diócesis e iba a ser él quién recibiera del
notario don Juan García y testigos, un pedimento de: “fernando de chaves
vecino dela dicha cibdad e dixo que por quanto el es feligres y perroqiano dela
yglesia del señor sant nycolas...” (leg.sf. 16, 14 líneas 6 a la 8),
solicitaba autorización para poder abrir en la iglesia de San Nicolás una
sepultura. El texto dice: “por tanto que para el dicho efecto elige e señala
porsu sepultura.... un sitio queesta sobre peña biba que nunca fue ny asido
abiera..” ¿Sobre una roca granítica dentro de la misma iglesia?, que se
cita y estaba situada a los poyos y asientos de cantería que están a la entrada
de la capilla, pero ¿qué capilla?.
Una
nueva sorpresa nos deparaba, al indicarnos que: “... dela capilla mayor enla
parte delaepistola hazia las gradas delaltar de sant ansano y en medio de un
lucizillo de piedra alto con las armas delos monrroyes questa junto de
dichoaltar y de otra sepoltura quetiene su letrero ysus escudos eluno con
unaguila yel otro esuno ques de gonzalo deaguilar...”, (Leg. sf. 16,14,
líneas 16 a la 19), ya no se encuentran ninguna en el lugar que en 1559
mencionaba. Sólo nos encontramos con la capilla del linaje Loaisa. Entonces nos
podemos preguntar ¿dónde fueron a parar estas armas y estos enterramientos de
linajes tan principales como Monroy o Aguilar?
El
texto no nos lo aclara; sí, que don Fernando de Chaves, pedía poder construir
su sepultura para él y para su mujer y para los descendientes de ambos; para
ello otorgaba en este caso un censo de 100 maravedíes sobre su casa principal,
que estaba situada en la calle de San Marcos (hoy conocida como calle de Santa
Isabel) y pagadero como era costumbre por Navidad y San Juan de junio de cada
año.
Debemos
tener muy presente que era costumbre de aquellas épocas otorgar un censo o
crear una capellanía como: “fundaciones perpetuas con la obligación aneja de
cierto número de misas y otras cargas espirituales, que debe cumplir el
obtentor en la forma y lugar prescritos por el instituyente”, (González
Ruiz, Manuel: “Las capellanías españolas en su perspectiva histórica”, en
Revista Española de derecho Canónico, 5, 1950, pp 475 y ss. En Revista de
Historia Moderna, Anales de la universidad de Alicante nº 21, 2003).
No
puedo pasar por alto el dato de la calle y más cuando el propio legajo indica
que linda con la “...plazuela de santa Isabel frontero delas casas delseñor
diegonzalez de carvajal regidor desta cibdad de plazencia” (leg.sf.). La
casa principal, todavía hoy,
conserva el escudo de la familia Chaves: en campo de gules cinco llaves en aspa
de oro. Linaje portugués que llegó a Ciudad Rodrigo y posteriormente a Trujillo y Plasencia.
Respecto a la casa de
don Diego González de Carvajal que hoy, se la conoce como de “Carvajal – Girón”
sita en la plazuela de Ansano, en 1592 se conocía como la “Casa del Escudo”, siendo adquirida por
don Diego González de Carvajal, tesorero de la Santa Iglesia Catedral de
Plasencia a los hermanos Alonso García Alegre, mercaderes, por la cantidad de
309.350 maravedíes, es decir 9.098 reales y 18 maravedíes de la época (AHCP.
Legajo 99, extensión 82).
D.
Fernando de Chaves consiguió del deán y cabildo catedralicio placentino el
mencionado lugar para poder hacer su sepultura, obteniendo los permisos
oportunos y las mandas que sobre el mismo se imponían. Igualmente la aprobación
del pedimento por las dignidades eclesiásticas y del reverendo señor Nicolás
Saje, cura propio y rector de la dicha iglesia de San Nicolás y miembro
eclesiástico del Santo Oficio, aceptando éste el censo de cien maravedíes
perpetuos sobre su casa con sus bienes - raíces.
Un
legajo de más de 125 líneas. No da este medio escrito el suficiente espacio
como para poder seguir desgranando todas las curiosidades que encierra.
Quedémonos con el descubrimiento y dejemos para futuras comunicaciones otros
aspectos destacables del mismo.
AUTOR
Ánimo amigo, por los principios de tu blog, estoy seguro que la lectura de tu artículos van a ser muy interesantes.
ResponderEliminarUn saludo de Jesús-Vicente Cano Montero
Gracias de nuevo por tus investigaciones. Personas como tu, dedicadas a la investigación y difusión de nuestra Historia.
ResponderEliminarNo soy el único tú también contribuyes a que nuestra historia sea conocida, apreciada y querida. " No se puede querer a un pueblo sino se conoce"
EliminarUn saludo y muchas gracias.
Un tema de artículo curioso e interesante.
EliminarUn consejo, revisa las normas de transcripción.
Sigue así, magnifico trabajo.
Toda aportación es bienvenida. Gracias.
EliminarEstimado Alfonso: tal vez el sepulcro de los leones pertenezca a Fernán Pérez de Monroy "el Mozo": en su testamento, fechado el doce de marzo de 1357, alude a que deseaba que le enterrasen en San Nicolás y que su sepultura se alzase sobre unos leones. Transcribo (sin demasiado rigor, me temo) el comienzo: «Sepan quantos esta carta vieren como yo Fernand Peres de Monroy fixo de Fernant Peres de Monroy vesino e morador en la cibdad de Plasencia otorgo e conosco que fago e ordeno e establesco este mi testamento por servicio de Dios estando en mi seso e entendimiento tal qual Dios me lo quiso dar e porque las muertes son verdaderas a los hombres e ninguno dellos non puede escapar por ende yo ordeno este mi testamento. Primeramente doy la mi anima al mio Señor Jesu Christo que la compro por la su sangre preciosa e mando que si mi finamiento acaesciere que entierren el mio cuerpo dentro en la iglesia de Sant Nicolas de Plasencia cerca de la sepoltura de mi padre e que me fagan mi sepoltura muy honrada figurada alta sobre leones [...] E porque esto es verdad mande a Juan Martines mi escribano en Valverde mi lugar que escribie este testamento e lo signase con su signo. Fecho a dose dias del mes de Marzo era de mil e trescientos e noventa e siete años» ("Privilegios otorgados a favor de Fernando Pérez de Monroy y de Estafanía Fernández de Monroy referidos a los mayorazgos de Monroy y Valverde". Fecha: 29/01/1814. Archivo Histórico de la Nobleza, OSUNA, C.477, D.91. PARES - http://pares.mcu.es/, imágenes 47/88, 48/88). Espero que esta información pueda servir.
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