ENFRENTAMIENTOS Y PLEITOS ENTRE LAS ORDENES
MILITARES: TEMPLARIOS Y ALCANTARINOS. (S.
XIII-XIV)
Un ejemplo claro y documentado es el pleito
existente entre el Concejo de Plasencia y los templarios de Alconétar que se
narra durante el proceso del Temple en Salamanca el 21 de octubre del 1310 y
que tenía reminiscencias anteriores concretamente en un diploma del rey Sancho
IV, dado el 2 de mayo de 1292.
El
monarca Sancho IV, emite un diploma datado el 2 de mayo de 1292, para zanjar
las contiendas que por cuestiones de límites mantenían el concejo de Plasencia
y los comendadores templarios de la Puente de Alconétar, que tantas muertes
ocasionaron, disponiendo el terreno que cada una de las partes había de poseer
y los límites que señalaba, para quitar toda contienda entre el Concejo
placentino y los Templarios de Alconétar.(Mercedes Gaibrois de Ballesteros,
Sancho IV de Castilla, Madrid 1928, III, doc. 420).
Los
templarios de Alconétar tenían sumo interés en obligar a transitar por este
puente, que ellos habían restaurado entre 1230 y 1257 (Gonzalo Menéndez Pidal,
Los caminos en la historia de España, Madrid 1951, p. 55-56) a todos los
viajeros que pretendían atravesar el Tajo, cobrándoles en él un portazgo.
El Papa
Clemente V afirma Correa y Roldán ordenó a los metropolitanos de Toledo,
Sevilla, Santiago y Lisboa que se reuniesen en concilio provincial para indagar
sobre la conducta de los templarios, con facultad de procesarlos y prenderlos,
si se les consideraba culpables, puestos que habían sido acusados ante el
pontífice de gravísimos crímenes. En cumplimiento de lo prescrito, el 21 de
octubre de 1310 se reunieron en Salamanca el arzobispo de Santiago de
Compostela y los obispos de Lisboa, Guarda, Zamora, Ávila, Ciudad Rodrigo,
Plasencia (Don Domingo), de Mondoñedo, de Astorga, de Túy y de Lugo Compareció
ante el concilio el maestre del temple en los reinos de Castilla y León, Fr.
Rodrigo Yanes junto con los principales de su orden. Tras unas seria investigación
la asamblea provincial declaró que no encontraba culpabilidad en los templarios
y, aunque según su comisión pudieran absolverlos, por la reverencia del
superior, remitían al Papa la sentencia.
No obstante, a este informe favorable debieron ocurrir
ciertas cosas raras, al menos en la última década del siglo XIII, en las
proximidades de Plasencia, en relación con la orden del Temple. En una carta
firmada en Ciudad Rodrigo en 1292, que transcribe Benavides Checa, Sancho IV habla de una contienda ente el concejo de
Plasencia y los templarios, a los que se acusa de asolar Extremadura desde el
puente de Alconétar, ya que acaecieron allí muchas muertes y quemas y prisiones
y desdichamientos y prendas y robos y otros muchos desaguisados.
Otro
dato que podemos aportar son los enfrentamientos entre las órdenes de Alcántara
y del Temple aquellos para impedir el cobro del portazgo templario mediante
saqueos, en lugres próximos al castillo y puente de Alconétar, como
Garrovillas, Cañaveral y otras posesiones que mencionamos con anterioridad. Los
daños entre ambas órdenes fueron mínimos si exceptuamos las dos causas que iban
a romper el frágil equilibrio que había existido hasta entonces. La causa
fueron dos impuestos relacionados con los ganados y mercancías. La encomienda
templaria de Alconétar cobraba por el tránsito de ganado y mercancías: el
portazgo, por atravesar sus puentes, usar sus barcas y sus caminos particulares
a razón de un tanto por cabeza de ganado y vehículo. Los demás hacían lo propio,
pero parece ser que los caminos más transitados habían quedado en manos del
Temple. Además la Orden restauró como ya aludimos el puente romano de Alconétar
entre 1230 y 1257, imprescindible para la vía de la Plata en su camino hacia
Santiago de Compostela desde el Sur, con lo cual peregrinos, ganaderos,
mercaderes preferían pagarles por cruzar cómodamente el río antes que hacerlo
en las lentas barcas transbordadoras de los de Alcántara. Ello, junto con la
feria-mercado del pueblo de Alconétar y los peregrinos que acudían a la capilla
del castillo, para venerar la milagrosa y mágica reliquia del Mantel de la
Última Cena, actualmente se encuentra en el museo catedralicio de Coria,
hicieron que la presión se hiciese insoportable para la Orden de Alcántara.
Escamoteados por los sucesos de Ronda, los
alcantarinos, se prepararon a conciencia, decididos a mermar el poderío de sus
competidores y, sin duda deseando vengarse de la derrota toledana. A finales
del verano de 1257 atacaron tres lugares fortificados diferentes para impedir
que las respectivas guarniciones pudiesen auxiliarse entre sí. Las víctimas
fueron la aldea de Peñas rubias, Peñas Sequeros y la villa de Benavente o
Zarza. Lugares que se localizan entre los ríos Árrago, Ribera de Gata y Erjas,
que hacen frontera natural con Portugal.
La guarnición templaria contraatacó arrasando las
posesiones alcantarinas y aislando a sus enemigos mediante el corte de paso del
puente fortificado de Alcántara, para incomunicarles y perjudicarles en su
comercio.
En octubre del mismo año el rey Alfonso X convocó a
las partes ante un tribunal para dirimir el pleito y depurar responsabilidades.
En 1266 los alcantarinos que habían recibido el
pueblo de Zarza la Mayor, quisieron obtener de su nueva posesión rentas y
prebendas de sus pobladores. La respuesta de éstos fue el abandono del lugar y
su asentamiento en Peñafiel donde se ofrecieron a la protección de los
templarios como colonos.
Desairada la orden de Alcántara acudió a cobrar se
encontró con el pueblo vacío saqueó la aldea de Peñafiel.
Otra encomienda templaria que llegó a manos del
Temple sin saber de qué modo fue el puente de Alcántara convirtiéndose en
encomienda de la Orden. En 1295 el castillo del Puente de Alcántara estaba en
manos del comendador templario Martín Martínez, que puso dicho castillo en
manos del infante don Juan.
En años posteriores la plaza de Alcántara se
encontraba en manos de esta orden y así el 17 de enero de 1300 el maestre
alcantarino suscribe un diploma datado en Alcántara, que puede leer en Torres y
Tapia. Esto no obstante vemos que parte de Alcántara se encontraba en manos
templarias y su comendador, frey Lope Pérez, que en mayo de 1305 asiste al
capítulo general celebrado en Zamora, subscribiendo allí los fueros de Cehegín.
Unos manuscritos antiguos de la orden de Alcántara
habían mantenido la memoria de que los resistentes de 1307 eran los caballeros
templarios, pero en torno a esa realidad habían creado una falsa imagen de lo
sucedido:
"El Maestre del Templo y sus Comendadores no
guardando la fe que los huéspedes es obligado guardar a quien los hospeda;
pensando por esta vía guarescerse, prendieron al Alcayde y levantáronse con la
fortaleza de Alcántara, la cual no estaba bien bastecida de mantenimientos. El
maestre de Alcántara quando esto supo, dexando recado en las villas de Cote y
Morón, vino y juntó mucha gente, caballeros y hijosdalgo de toda Extremadura y
los concejos de Plasencia, Badajoz, Coria y Cáceres y los demás pueblos y como
la fortaleza de Alcántara era muy fuerte para aquel tiempo y los comendadores
que estaban en ella violentísimos hombre y muy exercitados en las armas y
desesperados de las vidas, aunque los fueron dados algunos combates no los
pudieron entrar; y habiendo pasado más de tres meses que los tenían cercados,
no dice la Crónica si el Maestre ganó la fortaleza, sí por fuerza, sí por
hambre o partido ".
Es bien claro que la noticia de la toma de Alcántara
llegó al rey en León y no tenemos por qué poner en duda los tres meses de
duración del asedio; si esto es así, en el episodio de Alcántara no participa
el maestre del Temple, que se hallaba entretanto en Alcañices y León, ni
tampoco los templarios faltaron a la "fe que los huéspedes son obligados
de guardar" puesto que Alcántara era una de sus encomiendas y por lo tanto
estaban en su casa.
En los dos pasajes de la Crónica de la orden de
Alcántara del Torres y Tapia, se habla del puente de Alcántara que parece
referirse al puente con exclusión de la villa. Así se explica que los
templarios, desde una fecha anterior a 1295, fueran dueños del puente de
Alcántara, mientras los alcantarinos señoreaban la villa y el convento.
El castillo que el comendador templario de Alcántara
don Martín Martínez entrega al infante don Juan sería el castillete y las
fortificaciones que protegían al puente. Y la operación militar que el maestre
de Alcántara con los concejos de Cáceres y Plasencia desencadena en la
primavera del año 1308 estaría dirigida contra el puente y las fortificaciones,
que defendidas por el comendador don Lope Pérez sucumbieron tras tres meses de
asedio, pasando todo, tanto villa como puente, a manos del maestre de Alcántara.
En definitiva cuando se llega a la extinción de la
Orden del Temple en 1310 sólo se menciona en la Transierra una única encomienda,
la de Alconétar, en la que residían don Lope Pérez, su comendador, y los
freires Pedro y Juan. De esta encomienda de Alconétar dependían los bienes
situados en la Transierra, que el conde de Trastámara donará el 18 de
septiembre de 1327 a la orden de Alcántara.
Convirtiéndose así en la última posesión del Temple
hasta su disolución y desaparición posterior en el siglo XIV.
En los dos pasajes de la Crónica de la orden de
Alcántara del Torres y Tapia, se habla del puente de Alcántara que parece referirse
al puente con exclusión de la villa. Así se explica que los templarios, desde
una fecha anterior a 1295, fueran dueños del puente de Alcántara, mientras los
alcantarinos señoreaban la villa y el convento.
El castillo que el comendador templario de Alcántara
don Martín Martínez entrega al infante don Juan sería el castillete y las
fortificaciones que protegían al puente. Y la operación militar que el maestre
de Alcántara con los concejos de Cáceres y Plasencia desencadena en la
primavera del año 1308 estaría dirigida contra el puente y las fortificaciones,
que defendidas por el comendador don Lope Pérez sucumbieron tras tres meses de
asedio, pasando todo, tanto villa como puente, a manos del maestre de
Alcántara.
Me ha gustado mucho el blog,en particular la entrada que habla de las órdenes militares.El trabajo histórico que estás haciendo me parece de mucho valor.
ResponderEliminarYo tengo un blog sobre el puente de Alcántara y me gustaría incorporar algunos datos de los tuyos.
Te mando el enlace para que lo veas y me comentas,un saludo.