Plasencia. Siglo XVI

Plasencia. Siglo XVI
Luis de Toro, médico e historiador

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Iglesia parroquial de Santa María de Plasencia.


IGLESIA PARROQUIAL DE “SANTA MARÍA”- PLASENCIA

            El presente extracto del trabajo de investigación histórica sobre esta parroquia, consta de varias partes que iré dando a conocer a través de este medio en varias entregas.

            El motivo, se circunscribe a la historia de nuestra catedral vieja o de Santa María que también fue parroquia hasta bien entrado el siglo XIX, y existen pruebas evidentes en algunos absidiolos de la catedral y en la documentación escrita que se halla en el archivo histórico catedralicio de esta ciudad de Plasencia.


            Presentaré cuestiones curiosas que sean atrayentes a todos ustedes que tan amablemente me siguen  y me motivan para seguir trabajando e investigando. Para ello, y dentro de la historia interna de esta parroquia voy a darles a conocer las obligaciones que tienen los que trabajaban en ella y se ocupaban de los diversos servicios que se prestaba a los canónigos en sus quehaceres cotidianos.


            Lo hare comentando el legajo 98, extensión 11 del archivo histórico catedralicio placentino, donde consta los trabajos y quehaceres de los siguientes oficios: sacristán mayor de lo nuevo y posteriormente: el sacristán de lo viejo: el esquilonero, el peón y el donado. Fechado el 14 de noviembre de 1832.


            No puedo olvidarme del servicio que siguen prestando hoy día y de forma innegable los sacristanes de  la Catedral, mi gratitud y mi admiración por sus quehaceres y en especial para mi amigo Tomás.

OBLIGACIONES DEL DONADO DE LA SANTA IGLESIA CATEDRAL DE PLASENCIA. (Legajo 98, extensión 98, de 14 de noviembre de 1832. Firmado: García Vega, José de la Calle, Ignacio Félix García y Manuel de la Cruz)

            Primeramente está a su cargo todas las mañanas temprano echar carbón en el brasero de la casa de la obra procurando esté encendido por si algún señor quisiese desayunarse, tener dispuestos los braseros, llevarlos a las oficinas en los tiempos que se necesitan, tener lumbres para la sacristía de lo viejo en tiempo de invierno y para la sacristía de lo nuevo en todo tiempo por mañanas y tarde para los incensarios, así mismo la carbonera cuando se provee de carbón y no llevar a la casa de la obra más carbón que el que se necesita para dos días.

            Cuidará de las lámparas de nuevo y viejo, atizándolas por mañana y tarde y siempre que fuere necesario echarlas el aceite cuando se acostumbran tenerlas aseadas y limpias, principalmente el Sábado Santo de Resurrección cuando se encienden según proviene la rúbrica de la Angélica.

            Es de su cargo abrir y cerrar las puertas de las cadenas y demás de lo Viejo siempre que asistiera el Ayuntamiento a la Santa Iglesia o viniese de legacía al Cabildo en las procesiones que salen fuera, cuando viniese el señor Obispo a la Santa Iglesia y las de las Cadenas, Enlosado y Viejo, siempre que se barra la iglesia y en tiempo de Verano abrirlas al amanecer y cerrarlas al toque de esquilón para que se ventile y refresque la iglesia.
Nuestra Señora de la Asunción.Plasencia

            Es de su cargo abrir y cerrar la tapa de Nuestra Señora de la Asunción siempre que se descubra y lo mismo la de las Reliquias pero para esta ha de ser con asistencia del Peón quedándose la Festividad de Nuestra Señora en la Santa Iglesia como también la noche del Jueves Santo para acompañar a los que se quedan las dos noches custodiando a Nuestra Señora y Santísimo.

            Está a su cargo acompañado del Peón cuando por sí sólo no lo puede hacer el poner y quitar las alfombras del Altar mayor y colaterales, cubrir la carrera de alfombra siempre que hubiere vísperas de Pendón, cubrir también la carrera el Viernes Santo para la adoración de la Cruz, poner la alfombra en el Monumento, poner alfombras y bando de terciopelo para el sermón y el que se pone al lado de la Epístola en el Presbiterio para los señores de la Misa cuando se sientan en los solemnes, cubrir con las alfombras los bancos que se ponen para el cabildo en lo viejo los dos Sábados Santos, y fiestas del Perdón, cubrir los bancos siempre que saliese el Cabildo a alguna otra iglesia en procesión, cubrir la mesa y ponerla en el Coro los Solemnes, poner la alfombras y altarcitos siempre que hubiese aniversarios y si el señor obispo celebrarse de Pontifical o asistiese al Coro, poner los sitiales correspondientes al lado del evangelio y si hubiese sermón los dos sitiales en el coro para los dos que han de acompañar a su ilustrísima, poner la alfombra y banco junto a la pila cuando se bendice el agua para que se sienten los señores de la misa y maestro de ceremonias mientras se llenan las pilas de agua por él y el peón y en todas las funciones extraordinarias que se ofrezcan tanto dentro como fuera de la santa iglesia y poner la mesa para la bula.
 

            Es de su cargo llevar y traer los candeleros grandes en todos aquellos días  que se ponen al lado del presbiterio por bajo del altar mayor, los dos que ponen en la Asunción cuando esta descubierta los que se ponen en el Monumento los seis que se ponen en la Nochebuena, Maitines de Reyes y de Resurrección, Octava de Corpus y en todas las fiestas extraordinarias que ocurriesen en esta santa iglesia cuidado de encender los blandones y apagarlos a su tiempo y mientras estuvieran encendidos espabilarlos y atizarlos cuando fuere necesario como también los dos que se encienden durante el Miserere del Jueves Santo y Viernes Santo.

            Es de su obligación poner el hachero de la cruz y candeleros de los costados del túmulo en los entierros de los señores Prebendados como también en la sepultura en el cabo de año, encender y apagar la cera a su tiempo ofrendar en las misas, poner los bancos para los que hagan el duelo en los sitios que corresponden y en los dos aniversarios de Pedro Sánchez y doña Sol, ofrendar poner los candeleros y hacheros, encender y apagar las hachas cuando corresponda poner la mesa cubierta con alfombra para poner las velas que se han de distribuir y si se hubiese de poner túmulo pequeño le pondrá ayudándole el Peón cubriéndole con los paños que hay para estos casos quitándole después de haber servido esto mismo se ejecutará siempre que por algún caso ordinario o extraordinario se hubiese de poner, el túmulo grande toca al Carpintero de la iglesia, tiene también que poner los hacheros en todos los entierros de la parroquia, señalar la sepultura que se ha de abrir, tener un asiento de la antigüedad de cada tercio tanto en lo viejo como en el claustro donde se entierran los sacerdotes para enterrar los cuerpos en la más antigua los de los señores obispos en la capilla de las reliquias y los del cabildo en la de la Asunción, era cargo de estos asientos del veedor, pero no habiéndolo se le debe de encargar al mismo o a quien fuere del agrado del cabildo.

            Es de su obligación encender el tenebrario los mantienes de Jueves, Viernes y Sábado Santo entregando la vela banca  después e bendición al maestro de ceremonias, y recogerla después de cantada su antífona, en las oposiciones de las cuatro canonjías de oficio tiene que poner la mesa cubierta con terciopelo poner los relojes de arena sobre ella y la campanillas de plata con todo lo demás que no estuviere a cargo del carpintero, dar los piques cuando se toman puntos y repartir las conclusiones, lo mismo sucede con las oposiciones de la Cátedra de Gramática pero en esta hay que poner la Cátedra, cubrir los bancos con alfombras para el Cabildo y poner la mesa con su cubierta y campanilla todo en la capilla mayor de lo Viejo.

sábado, 22 de octubre de 2016

CURIOSIDADES SOBRE EL COLEGIO DEL RÍO




            En el nacimiento de instituciones pías que la sociedad placentina crearon en el siglo XVI y que muchas de ellas tuvieron su evolución en el tiempo hasta bien entrado el siglo XX. Citamos: el hospital de doña Isabel de Zúñiga o la obra de Don Francisco de Carvajal, Abad de Husillo o la misma obra del Don Fabián de Monroy y Carvajal que como dice Pierre Channu “las actitudes, los gestos, los pensamientos de un grupo humano sobre la muerte, nos proporciona un verdadero testimonio acerca de un sistema de civilización”.

            De todas aquellas, citamos algunas curiosidades sobre el Colegio de San Fabián y San Sebastián de Plasencia, conocido como el colegio del Río, que fuera obra del arcediano de Plasencia y Béjar D- Fabián de Monroy y Carvajal. Extraídas de los legados 80, extensión 32 y 83, ext. 23 correspondientes al Archivo Histórico Catedralicio de la Catedral del Plasencia.

Legajo 83, extensión 28

Sobre Reglas practicadas en el siglo XVIII año del Señor de 1770 en la ciudad de Plasencia a 3 de agosto del mismo año.

            Existían en el colegio 3 colegiales con su ama y fámulo, cuyos gastos suponían al colegio las siguientes cantidades distribuidas de la manera que se indica:

            Una, según los precios que en aquella época valían los productos que consumían diariamente (una libra de carnero a 11 cuartos, dos libras de pan a 6 cuartos, un cuartillo de vino a 3 cuartos, para verduras y especias 3 cuartos) y el tiempo que los colegiales permanecían en el colegio que era 190 días suponía una cuantía diaria de 8 reales con  4 maravedíes por el total de las compras.

Colegiales.-

            Considerando la residencia por cada curso 190 días, importa a 8 reales y 4 maravedíes, ascendiendo a un total de 1.542 reales y 12 maravedíes.

Ama.-

Importa en los 190 días 273 reales con 28 maravedíes.

Por el salario de 6 meses y medio a 15 reales son 97 reales y 17 maravedíes.

En total 371 reales con 11 maravedíes.

Fámulo.-

Por 190 días de salario a 1 real y medio asciende a la cantidad de 285 reales.

            Por último débanse a cada colegial 600 reales que son para los tres existentes en el colegio, además se daban 60 reales cada mes para pagar al Ama y Barquero que por seis meses y medio que se regulaba son 390 reales.

            En algún momento y por  escasez de entradas sólo recibían 300 reales a repartir entre los tres.

            En las rentas pertenecientes al Colegio de San Fabián de Plasencia correspondiente al legajo 83, ext. 28 del Archivo Histórico Catedralicio y fechado en el año de 1771, el colegio tenía un fondo en el archivo y arca del tesoro perteneciente al Colegio y que se guardaba en la Santa Iglesia Catedral de Plasencia de unos 840.613 reales y 8 maravedíes y que descontándose impuesto de ello 710.600 reales quedaban en existencia la cantidad (nada desdeñable) de 130.013 reales y 8 maravedíes.

            Indica asimismo que” la renta que recibe el mencionado colegio, es anualmente de 60.240 reales y teniendo cargas precisas, un aniversario por el fundador, el salario del casero, la parte que se paga del suyo al secretario de vuestra santa iglesia, el del administración, propinas de los señores comisarios de contadurías y derechos de ésta que todo importa 10.331 reales y 20 maravedíes fijo cada año, rebatidos estos de dicho producto quedan libres para reparos y gastos en cualquier providencia 40.908 reales”. 

Se descuentan también las cargas por:

Aniversario del fundador……………………….120 reales.

Salario del Casero a real y medio al día………..547 reales y 17 maravedíes.

Salario del Secretario Capitular………………....98  reales y   3 maravedíes.

Salario del Administrador………………………441 reales y 6 maravedíes.

Propina a los señores Comisarios……………….  58 reales y 28 maravedíes.

Derechos del Contador………………………….   66 reales.

Total……………………………………………1331 reales con 54 maravedíes.

Restando para reparar y demás gastos 4.908 reales con 46 maravedíes.

LEGAJO 80, EXTENSIÓN 32 Y SIGUIENTES DEL ARCHIVOS HISTÓRICO CATEDRALICIO DE LA CIUDAD DE PLASENCIA. SIGLO XVIII

RACIONES EN TIEMPO DE CURSO.

A CADA COLEGIAL EN TIEMPO DEL CURSO se le debía proporcionar lo recogido en las capitulaciones dadas por el fundador que en su número 22 dice: DE “LA COMIDA Y ORDINARIO DE LOS COLEGIALES.

22.- Ítem queremos y mandamos que a cada colegial se le dé de ordinario en cada un día, libra y cuarterón de carnero, cuatro maravedí de ante (plato o principio con que se empezaba la comida o cena) y postre y doce maravedíes de vino en pero y en todos los viernes del año de cuaresma, cuatro témporas (tiempo de ayuno al principio de cada una de las estaciones del año), vigilias y días de ayuno se les añada a cada uno la tercera parte más del valor de la libra y cuarterón de carnero, y en los dichos días y en todos los viernes del año excepto intra pascua y Pentecostés, queremos que los dichos colegiales y familiares no cenen sino que tan solamente hagan colación y les saquen del dicho ordinario y queremos y permitimos que en los día primero de la pascual de la Natividad, Resurrección, Pentecostés y Epifanía y el día de carnes tolendas (días que anteceden al carnaval) se pueda añadir en la comida alita de ave y si fuere gallina entre dos una gallina a cada uno, media Y el día del santo Patrón del dicho colegio tengan también hábito moderado.”

RACIONES EN TIEMPO DE CURSO. A CADA COLEGIAL EN TIEMPO DEL CURSO

Libra y media de pan.

Una libra de carnero.

Dos onzas de tocino.

Un cuarterón de garbanzo.

            En cuanto a los días extraordinarios en el colegio, se añade media libra de jamón, lomo, chorizo, salmón o besugo.

            En el día de Nochebuena media libra de dulces a cada colegial y la sopa dulce pata todos.

            En la fiesta del Santo Patrono se añade el arroz.

RACIONES PARA LOS FAMILIARES O FÁMULOS (CRIADO, DOMÉSTICO O SIRVIENTE DE LA COMUNIDAD DE UN COLEGIO) QUE COMPAÑAN A LOS COLEGIALES.-

            Los mismos excepto comer vaca o macho.

RACIONES PARA LOS TRABAJADORE S DEL COLEGIO EN TIEMPO DEL CURSO: AMA Y BARQUERO.

Ama.-

Dos libras de pan.

Una libra de vaca o macho.

Dos onzas de tocino.

Un cuarterón de garbanzos.

Barquero.-

            Lo mismo que al Ama de ordinario, salvo en tiempo de vacaciones que éste recibe dos libras de pan, media libra de carne de vaca o macho, dos onzas de tocino, un cuarterón de garbanzos y ensalada.

Las mismas porciones que recibe en vacaciones el Ama del Colegio.

            Los viernes todos para almorzar, reciben potaje de pescado con patatas y verduras con un pan de huevos a los colegiales y el mismo pan los días de ayuno al familiar que acompaña al colegial, al Ama y al Barquero, y a todos dan verduras  para ensalada.

            En vacaciones los viernes reciben los trabajadores del colegio un cuarterón de pescado seco a cada uno, otro cuarterón de garbanzos con patatas o verduras y en días de ayuno y de primera clase (Jueves y Viernes Santo) un pan de huevos y ensalada.”

miércoles, 12 de octubre de 2016

14 DE OCTUBRE, NUNCA SERÁ UN DÍA CUALQUIERA


SE ACERCA UNA VEZ MÁS LA FECHA IMBORRABLE DE ESTE  HOMBRE,


ILUSTRE Y BONDADOSO: D. CALIXTO PAYAN Y VARGAS.

14-10-2016

 

 En un día como este nació nuestro gran benefactor don Calixto Payán y Vargas,  hace ya la friolera de 237 años y  a pesar del tiempo transcurrido, todavía hoy sigue vivo su recuerdo, no solo en los que estamos en activos dentro de esta gran Comunidad Educativa de “San Calixto”, sino en los hijos y nietos de aquellos antiguos calixtos, que nosotros, los que ya rondamos cerca de los 60, veíamos como éstos se emocionaban y lloraban en un día como el que celebramos y  nos hacían partícipes, de cómo este hombre con su legado, había hecho posible que ellos, los más necesitados, los que habían perdido a algunos o ambos padres, se sintieron queridos, comprendidos y sobre todo ayudados para forjarse un porvenir.

No nos dábamos cuenta entonces, de este gran significado y no  nos percatábamos que sus miradas penetrantes, veladas por las lágrimas en  aquellos hombres, que nosotros veíamos como ajenos a nuestro centro, eran  la  llama viva de la obra del fundador.

Nos íbamos corriendo y echando una mirada atrás como a escondidas a aquellas personas ya pensábamos en nuestra bolsa de caramelos, en la “peli” que veríamos en el teatro y sobre todo, esperábamos el silbato de los hermanos marista, miembros de tan ilustre y amada congregación, que nos indicaba ir a  los patios, ¡aquellos patios! Tan grandes que nos parecían y eran tan pequeños pero llenos de compañerismo y afecto, que nos parecía en muchas ocasiones el mejor lugar del mundo. En ellos, compartíamos todos nuestros juegos, todas nuestras penas y a veces algún bocado que nos daban los internos de este mi colegio, el gran colegio de San Calixto.

Sé que los que hemos vivido en él, hemos comprendido la belleza de aquellos momentos, la alegría de aquel tiempo en donde la escasez, se suplía con el esfuerzo, en donde nos enseñaron a llenar nuestra maleta del tiempo, con los ideales y valores, que han hecho que hoy, seamos lo que somos, una gran Comunidad.

No sé si nuestros compañeros más jóvenes o si nuestro alumnado, se han percatado de la grandeza en el que se forjan unos, y otros, hacen posibles cumplir sus ilusiones, enseñar, mantener una familiar…, en definitiva, dar vida a un legado que perdura y que perdurará en el recuerdo no solo de la historia intrínseca de nuestro Comunidad, sino el corazón de aquellos y son muchos ya, que han ocupado un sitio importante en estas estancias del saber, del compartir, del compañerismo y también de la fe.

El 14 de octubre, no es un día ni un mes cualquiera  para nosotros, es San Calixto, es D. Calixto Payan y Vargas, es nuevamente un reencuentro con nuestro esencia y sobre todo un agradecimiento por todo lo que hemos recibido, es un cúmulo tal de sentimientos sobre todo en los que como yo, han vivido ya tantas veces estos momentos pero tan diferentes siempre, que te llenan a la vez de nostalgia y de esperanza. En secreto das las gracias y pides por el futuro y recuerdas aquellas letras de olvidado poeta

"El futuro es espacio,

 espacio color de tierra,

 color de nube,

 color de agua, de aire,

 espacio negro para muchos sueños,

 espacio blanco…” (Pablo Neruda)  para  seguir escribiendo en el nuestra historia y si en ese espacio negro, llegara el olvido, existe una palabra,  el recuerdo y para que éste perdure en el devenir de los tiempos y seguir haciendo grande cada día su historia, no solo por la persona que hoy formamos esta comunidad educativa sino acordándonos también de aquellos hombre y mujeres que ya han pasado junto a nosotros y nos dejaron su impronta, su carácter, su cercanía y su ejemplo: los antiguos calixtos, nuestros amigos y compañeros maestros: Mari Mora, Dolores Prat, Jesús Núñez, Mari Carmen, Juan José Núñez, Antonio Martín, Casimiro, Carlos, obispos, alcaldes,  padres y abuelos, hermanos y alumnos que se nos fueron,  a todos y a cada uno de ellos nuestro recuerdo y cariño.

A todos mis compañeros, gracias y en especial a vosotros: el primer equipo seglar 1984-2000 que tuvo el honor de dirigir este gran centro educativo: “San Calixto”

 

El 14 de octubre NUNCA será un día cualquiera.

 

Alfonso Párraga Sánchez

Profesor del colegio.

lunes, 11 de julio de 2016

JUEGO DEL SIGLO XIX

ESTE JUEGO ES DE HACE DOS SIGLOS Y ESTÁ RELACIONADO NO SOLO CON LA SALUD, SINO TAMBIÉN POR SI QUEREMOS SABER CÓMO SERÁ NUESTRA SUERTE EN CUALQUIER EVENTO.

SE REQUIERE:

A)    TOMAR EL DICCIONARIO DE LATÍN
B)    SEGUIR CON DETENIMIENTO LAS INSTRUCCIONES.
C)    CONTAR CUÁNTO SUMA VUESTRO NOMBRE.
D)    LLEVAR ESE NÚMERO A LA TABLA.
     …Y SOBRE TODO DISFRUTAR DE ÉL AQUELLOS QUE TENGÁIS TIEMPO O ESTÉIS DE VACACIONES.
¡MATEMOS LA MONOTONÍA!!!

¡FELIZ VERANO A TODOS!


GRACIAS POR VUESTRO SEGUIMIENTO Y UN SALUDO CARIÑOSO PARA TODOS.

EXTRAER LAS IMÁGENES Y AMPLIARLAS.






sábado, 21 de mayo de 2016



“HOY  NO ES UN DÍA CUALQUIERA”.-
(21 de mayo. De hoy en adelante...)

Si, hoy no es un día como los demás, ni siquiera como cualquiera, hoy, el insonoro sonido de tu voz, en nuestro interior retumba. Las silenciosas palabras, que nuestra alma, corazón o mente, no sé qué, descifran desde lo más íntimo, tus mensajes llenándonos  de consuelo y nos animan mamá a seguir, no solo por oírte tan cerca aunque estés tan lejos, y sin embargo, nosotros en cada día, a cada momento, alguna cosa nos recuerda a TI. Si, hoy no es un día como los demás, ni siquiera como cualquiera, hoy el insonoro sonido de tu voz, se hacen palabras en nuestro interior, para decirnos nuevamente, OS QUIERO MUCHO, sí, las cariñosas palabras de las madres, que aún ausentes, seguimos queriendo y oyendo en nuestros corazones los más tiernos mensajes, las más bellas palabras, los más cándidos deseos.
Hoy hubiera sido un día alegre por tú onomástica, mamá, unos nuevos momentos de manifestación de tú cariño, pero los idus del destino, la fragilidad de la vida, la marcha hacia lo desconocido, nos ha truncado ese momento.
Hace ya cerca de once meses que te fuiste, cuando el sol despuntaba su grandeza, venciendo a la oscura noche, de esa madrugada triste, Te dimos nuestro adiós, con lágrimas de cariño, y aunque indefenso, nos empezamos a darnos cuenta, desde el primer momento, lo mucho que perdemos cuando una madre se nos va.

Allá donde estés, mamá, FELIZ DÍA, y ahora hacemos sonoras esas palabras tuyas que resuenan todos los días en nuestros corazones y te decimos: “TE QUEREMOS MUCHO”. Gracias, a todas las madres que se fueron y a los que todavía tenéis la suerte de tenerlas, acercaros cada día y darlas un beso, decirla los más hermosos que sintáis, lo más bello que os surja y sino un abrazo y un te quiero.


Tus hijos: José Manuel y Alfonso

domingo, 8 de mayo de 2016

“SIGLO XIV EN PLASENCIA: LA BAJA EDAD MEDIA”. (PARTE II)

Siento no haber podido publicar durante el mes pasado pero os remito un pequeño trabajo que espero que leáis con atención y sea de vuestro agrado.
Es mi deseo compartir mis investigaciones y que, al término de este trabajo, hayan adquirido el convencimiento de que aún quedan muchas cosas por desentrañar de nuestra historia, de nuestro pasado, en definitiva, de nuestra ciudad de Plasencia.
Si bien es cierto que los “hechos históricos” son una producción historiográfica en el sentido de que no existen en estado puro sino que son creados por el historiador en su proceso de trabajo, a partir de aquello de lo que las fuentes le informan; Información que, por otra parte, es obtenida a través de la interacción que ambos elementos- historiador y fuente establecen desde sus respectivas posiciones (Bermejo, J.C., 1987, pp.75-104) y en esta reflexión hacerles llegar hoy aunque sea en pinceladas históricas, momentos que quedan reflejados en esta época del siglo XIV, sin duda un siglo difícil en todos los sentidos, económicos, políticos, sociales... y más si cabe, cuando el ideal caballeresco ha cambiado una vez que las grandes conquistas militares han terminado y ahora estos mismos caballeros, miembros de un linaje vuelcan sus ojos a los cargos que hasta ahora habían ocupado las gentes que el “común” elegía en sus respectivas colaciones o parroquias ( San Martín y el Salvador), creando un patriciado urbano a finales de este siglo y contando además con la Instauración por parte del rey castellano Alfonso XI del regimiento(45 de San Esteban) que llevaría a la nobleza placentina a un continuo enfrentamiento de intereses como veremos.
            El siglo comienza para nuestro concejo con unos enfrentamientos por conseguir espacios en donde poder obtener nuevas fuentes de ingresos, nuevos mercados y para ello, tendrían que chocar con una orden militar que controlaba el puente en donde se bifurcaban dos de las más importantes vías de penetración hacia el norte de nuestra región, una hacia el puerto de Jalama ( la Vía Dalmacia) y la otra hacia Honduras (Vía de la Plata), éste era el puente de Alconétar, que en esta fecha de inicios del siglo XIV, estaba bajo la tutela de la Orden del Temple, quienes de su transitada vía obtenían pingüe beneficios, citemos algunos  de los impuestos de montazgos que percibían además de los de portazgos:
1 caballo por cada 5000 que pacían en sus cañadas.
1 maravedí de oro por cada 5000 ovejas.
1 maravedí de oro por cada 50 vacas.
            Indiscutiblemente la rivalidad con la otra orden, la de Alcántara que tenía bajo su control toda la amplia zona oeste de nuestra región, pleiteaba por hacerse con la única encomienda templaria que quedaba tras la toma de Alcántara por parte de ésta y de los concejos de Badajoz, Cáceres y Plasencia. Por este cúmulo de intereses nos veríamos envueltos en unos enfrentamientos directos entre el concejo placentino y los comendadores templarios del puente de Alconétar que tantas muertes ocasionaron, y que el rey Sancho IV tuvo que emitir a finales del siglo XIII un diploma disponiendo el terreno que cada una de las partes había de poseer y los límites que señalaba para quitar contienda entre el concejo placentino y los Templarios de Alconétar.
Esta orden, reclamaba del concejo placentino dos casas que poseía en la ciudad, casas que debían estar situadas cerca de la puerta de Coria al ser esta unas de las zonas de primera construcción y mirando hacia el núcleo más cercano a esta ciudad placentina.
 La investigación histórica estriba en descubrir si esta reivindicación por parte de los templarios eran ciertas y de ser así habríamos de estudiar también hasta qué punto la iglesia de Santa Magdalena puede desentrañar algunas verdades o equivocaciones con respecto a sus peticiones, la hipótesis de trabajo no está en hacer creer que esta iglesia sea o no templaria, sino que necesitamos investigar su construcción, sus paramentos, su bóveda y otros elementos constructivos para clarificar aún más su origen, dadas la peculiaridades que tienen y su antigüedad, piensen que hasta el siglo XVIII esta iglesia ha tenido culto y servicio así como capellán.
Este largo proceso acabará tras la disolución de la orden en 1310 pero el puente y todo su alfoz pasará años más tarde, concretamente el 18 de septiembre de 1327 a la orden de Alcántara.
Con respecto a su disolución del Temple diremos que el Papa Clemente V ordenó a los metropolitanos de Toledo, Sevilla, Santiago y Lisboa que se reuniesen en concilio provincial, aunque más bien fue una reunión, para indagar sobre la conducta de los templarios, con facultad de procesarlos y prenderlos, si se les consideraban culpables, puesto que habían sido acusados ante el pontífice de gravísimos crímenes. En cumplimiento de lo prescrito, el 21 de octubre de 1310 se reunieron en Salamanca el arzobispo de Santiago de Compostela y los obispos de Lisboa, Guarda, Zamora, Ávila, Ciudad Rodrigo, Plasencia (don Domingo) Mondoñedo, de Astorga, de Tuy y de Lugo. En donde compareció el maestre del Temple en los reinos de Castilla y León, Fray Rodrigo Yánez junto con los principales de su orden. Tras una serie de investigaciones la asamblea provincial declaró que no encontraban culpabilidad en ellos y, aunque según la comisión pudieran absolverlos, por la reverencia del superior, remitían al Papa la sentencia. (González Cuesta, F. 2002)
            Sin lugar a duda esta disolución tenía más una finalidad económica y política que social. Al final la gran beneficiada de esta disolución sería sin lugar a duda la orden de Alcántara.
Otra orden de caballería, la de Calatrava, ocuparía una gran parte del alfoz placentino ya mediados el siglo XIII al no contar Plasencia con la suficiente población para poblar la zona comprendida entre Mirabel y Grimaldo, aunque la jurisdicción siguió perteneciendo al concejo placentino.
 En otro orden de cosas diremos que la Edad Media encierra profundas y auténticas raíces de nuestro pueblo, entre las que destacan las aspiraciones de la comunidad ciudadana a participar en la administración de sus bienes, que la nobleza placentina en general, fue una nobleza de segunda fila, es decir, no llegó a ocupar los altos puestos de la nobleza de España; sin embargo, ocupa un puesto destacado en la historia interna de esta ciudad y de esta región, o como otras muchas, que sin ellas, las de linajes más antiguos, no hubieran podido llegar a ocupar el escalafón social que les destaca. Además, nuestros hombres como otros muchos, han contribuido a hacer la historia que pocas veces se escribe y que tanto hizo con su esfuerzo, capacidad de lucha, sacrificio y tenacidad en la historia común de un pueblo como el placentino. Así la ciudad y en sus primeros años en la vida del siglo XIV estaba marcada por la presencia de familias nobles, como los Monroy, los Almaraz, los Paniagua, Loaisas, Stúñigas, Villalobos y Carvajal que formaban el núcleo dirigente tanto del concejo como del cabildo catedralicio. Placentinos y placentinas como Doña Isabel de Almaraz que casó con Fernán Rodríguez de Monroy de quien proceden los condes de Oropesa y los señores de Monroy  y muchos Rodríguez de Salamanca, como los regidores de Plasencia Juan Fernández, Pedro Sánchez de Grimaldo que también recibiría  las Corchuelas y el castillo de Almonfragüe, descendientes importantes de éste son los Bermúdez de Trejo, Fernán Pérez del Monroy, Fernán Pérez del Bote quién recibiría de Fernando IV, el señorío de Belvís, que se convertiría en Mayorazgo en 1329 con Alfonso Fernández de Belvís, Juan Alfonso de Almaraz fundador del mayorazgo de Belvís, Deleitosa, Fresnedoso y Mesas de Ibor, en 1329 debido al casamiento con Teresa Alfonso del Bote, última de esta familia en Plasencia, este don Juan Alfonso de Almaraz se distinguiría al servicio del rey Alfonso XI en el sitio de Algeciras en 1343. Ruy Gómez, Durán Martínez, uno de ellos, concretamente Juan Fernández y Miguel Sánchez en el año de 1339 fueron a las cortes que convocó el Rey D. Alfonso XI en Madrigal. Así mismo, un miembro de la familia Villalobos de Plasencia fue coadjutor en 1342 de don Fabrique comendador mayor de León este fue Don Fernán Rodríguez de Villalobos. (Archivo Histórico catedralicio de Plasencia, legajo 98, ext. 38)
            No podemos pasar por alto algunos de los más ilustres placentinos y que tanto hicieron por esta ciudad en sus primeros siglos de vida, citaremos aunque sea de pasada a D. Nuño Pérez de Monroy, abad de Santander, Arcediano de Trujillo y de Campos, que llegó a ser Canciller de la reina doña María de Molina, esposa de Sancho IV y regente durante las minorías de su hijo Fernando IV, el abad de Santander salvaría la vida al infante, por lo cual recibiría la aldea de Valverde, señorío al que se unen Madrigal, Tableruela, Viandar y Jarandilla, consejero también de Alfonso XI. Destaca asimismo su hermano don Fernán Pérez del que ya hemos dado constancia y al que el rey Fernando IV en 1309 le da el privilegio de poblar con cien vecinos el cortijo de Monroy, está enterrado en San Nicolás en 1351. D. Diego González de Carvajal, según podemos leer de los legajos 98, extensión 23 página 41 y legajo 98 extensión 31 página 9 del Archivo Histórico Catedralicio de Plasencia dice así: “Diego González de Carvaxal vecino de la ziudad de Plasenzia casó en dicha ziudad con doña Sevilla López de Villalobos hixa de Garzí López de Villalobos, quien fue al primer caballero de este apellido que izo asiento en Plasenzia se entiende de los de esta línea y el Villalobos tiene los señoríos de la casa de Grimaldo, porque otros Villalobos ai que unos y otros son muy grandes caballeros vinieron a esta ziudad de Plasencia mucho tiempo antes que Garzi López el cual vino a esta ciudad por tutor de Fernán Rodríguez de Villalobos comendador que fue de fuentidueñas en la orden de calatrava y después maestre de Alcántara”. Este don Diego González de Carvajal fue alcalde en 1392 y miembro del concejo placentino formando de esta manera parte de los doce caballeros del concejo (legajo 98, ext. 38 y 39)
            Al estudiar esta nobleza extremeña y en concreto la correspondiente a la alta Extremadura, lo primero que descubres es la de estar fuertemente jerarquizada, entremezclada en una red social, cuyos miembros están unidos por la sangre, por ser clientes, por tradición familiar y con un objetivo claro, no siempre cumplido, como es la unidad. Así podemos contemplarlo en los cientos de blasones heráldicos de nuestra ciudad que da la impronta de haber marchado hechos importantes.
            Así aparecería en las fuentes castellanas el término “linaje” refiriéndose a amplias agrupaciones de unidades familiares (bandas – linajes locales) ( J. Mª Monsalvo, 1988, p. 167). Esta unidad tiene un claro objetivo el hacerse con los órganos de poder, tanto civiles como eclesiásticos y no sólo en copar puestos de relevancia política y social, sino también económica a través de mecanismos para que se produjese un concentración patrimonial que garantizase la permanencia de la familia en el nivel aristocrático ( M. Ladero Quesada, las ciudades de la corona de Castilla en la Baja Edad Media (siglos XII al XV. Madrid 1996, p. 36). Así la nobleza no tuvo ningún reparo en ir acomodando a sus hijos en cabildos y monasterios, como tampoco tuvo inconveniente en adjudicar una o más parroquias a sus hijos, valiéndose del derecho de patronato ( Wilchelm Neuss. 1961. p. 435 y SS.)
            Por consiguiente la única posibilidad de sobrevivir en consideración social era el poseer y mantener la influencia sobre el órgano municipal concejil y cabildo catedralicio, para ello y en una maltrecha economía motivada por las malas cosechas, hambrunas, epidemias y guerras de este siglo XIV era el formar bandos o linajes así aparecerían en nuestra ciudad en esta centuria y posteriores los Monroy- Almaraz, Carvajales – Girón, Quijada – Almaraz, Vargas- Carvajal, Trejo – Nieto, Loaisas – Yangüas,  etc.
            Al término de este siglo muchas de las familias de la alta nobleza o “nobleza vieja” quedarían extinguidas y otras muy pocas se incluirían en la nueva nobleza “trastámara”, familias desaparecidas: Aguilar, Haro, Castro, Lara entre otras treinta, esta última por extinción biológica. Las causas entre otras muchas: la paralización de la reconquista que hizo desaparecer perspectivas de enriquecimiento, el que todavía no estuviese presente la práctica del mayorazgo, las consecuencias de las crisis económicas y las pestes de este siglo, los estragos de algunas campañas sangrientas como las de Alfonso XI y posteriormente Pedro I, las persecuciones de este monarca que ocasionaron la desaparición de linajes enteros como los Haro, Meneses y Lara y también el exilio de familias petristas tras el advenimiento de Enrique II ( M.C. p.180).
ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN.
            La iglesia no fue indiferente a la situación social, económica y política de este siglo. Ésta ocupó un puesto repoblador en la región extremeña conjuntamente con los señoríos de las Ordenes Militares y los respectivos concejos extremeños.
            A ella también le movió el móvil económico y político en un afán de conseguir patrimonio territorial y urbano sobre todo en el tiempo de las grandes conquistas peninsulares y una vez alcanzados sus objetivos, el cabildo, se convertiría en una entidad jurídica distinta de la curia episcopal. Se especializará y se desvinculará del resto de los laicos. Ellos se distribuirán los puestos de preponderancia social y económica dentro de la diócesis placentina, muchas veces, distante de su verdadero sentido espiritual.
            Cargos que percibían una remuneración por sus funciones, el obispo que a su vez nombraba a los arcedianos: Plasencia - Béjar, Medellín, Trujillo, etc., el deán o chanter que ya se había consolidado en este siglo y cuya función era organizar el coro canonical, repartir responsabilidades oficiales del cabildo y canciller de los documentos oficiales del cabildo, éstos dos puestos eran designados por los canónigos. Las disputas entre el primero y estos segundos serían a lo largo de la historia de nuestra ciudad manifiestas, como así se recogen en los libros de actas capitulares. El tesorero formaba parte de estas dignidades como así se denominaban. En un escalafón inferior estarían los racioneros y canónigos.
            En cuanto a la población civil tendríamos que comenzar por la formación del concejo placentino que estaría formado por:
2 alcaldes, 1 juez, 2 alguaciles, 2 mayordomos, 1 pregonero, 2 escribanos, todos estos cargos eran elegibles por las colaciones o parroquias de nuestra ciudad mientras el concejo fue abierto, aspecto este que duraría poco dado el objetivo primordial de la monarquía que era incrementar su control y convertirse en una monarquía autoritaria y para lograrlo entre otras cosas nombraría la figura primero de los regidores y posteriormente de los corregidores. Así y desde 1346 el rey Alfonso XI, además de los cargos enunciados nombraría 12 regidores entre caballeros y escuderos de la ciudad y que estaba al cargo de los asuntos de la hacienda real, percibiendo por ello, no sólo reconocimiento real sino un número considerable de rentas no sólo en tierras sino también en numerario. Así en el siglo XV su sueldo era de 3.000 maravedíes anuales y como les parecía poco los viernes cuando se reunían en el concejo placentino se repartían 300 maravedíes de la renta de la ciudad.
            Estas dignidades civiles y religiosas ocupaban el escalafón más alto de nuestra ciudad, por debajo de ellos estaban un gran número de vecinos distribuidos en oficios y por calles, buena prueba tenemos en las nomenclaturas de calle de nuestra ciudad que indican una gran cantidad de oficio y menesteres, también existía una población flotante de transeúntes o forasteros que se les llamaba francos, así como un número indeterminado de judíos y moriscos que fue fluctuando sobre todo estos últimos a medida de las circunstancias políticas. Así podemos observamos como existía un elevado número de ellos en Plasencia cuando esta ciudad pasó a ser de señorío bajo los Zúñigas, mientras que los primeros no fueron nunca muy elevados en número, pero si ocupaban puestos de gran responsabilidad como contadores, prestamistas, galenos etc.
            Pero siempre estas comunidades judías y mudéjares se constituyen en propiedades privadas del rey, por eso, éste protege a estas minorías y a cambio percibe impuestos (pechas y servicios). Además, eran minorías no exentas de peligro como se demuestra en el concilio de Vienen de 1311 y mantenidas sus tesis en el concilio de Zamora de 1312 en donde se afirma que la presencia judía era un peligro muy grave para la convivencia cristiana, debido a las tensiones internas dentro de las aljamas. Aparecerá también el odio de los cristianos hacia los judíos ya que en ellos confluye un tipo de doctrina que los historiadores denominan como un “máximo religiosa” consistente en afirmar que la confesión de una comunidad es obligatoria para todos los miembros.
            Por ello no era de extrañar que en esta época de crisis institucional y social los enfrentamientos entre judíos y cristianos se esgrimen únicamente en principios religiosos y más cuando Pedro I admite en su corte a judíos relevantes a pesar de la hostilidad del pueblo mostrando este monarca de esta forma su idea centralizadora y personalista.
El año 1391 ve desatarse las crueles e injustas matanzas que asolan las juderías de Castilla, Cataluña y Valencia, en las que perecen miles de judíos. La presión antijudía se concreta con violencia en el siglo XV y se obliga a los judíos a llevar distintivos en la ropa. Las predicaciones de san Vicente Ferrer, la disputa de Tortosa entre judíos y cristianos y la Bula de Benedicto XIII, el Papa Luna, contra los judíos, aceleran la destrucción del judaísmo español. Las predicaciones del arcediano de Écija, Ferrán Martínez, fanatizan a las turbas que asaltan las juderías y dan muerte a miles de judíos.
Lo ocurrido, al decir de López de Ayala, “fue cobdicia de robar, segund paresció, mas que devoción”.
            El cómo afectó estos sucesos históricos a nuestra ciudad al no poseer muchos documentos escritos es difícil de calibrarlo, pero si podemos aventurar una hipótesis de trabajo consistente en averiguar si esta pudiese ser cierta, en primer lugar, no nos cabe la menor duda que la llegada a Plasencia de los judíos ser realiza ya desde sus inicios como urbe al venir acompañando a nuestro fundador el rey de Castilla D. Alfonso VIII, siendo su médico personal de esta comunidad. Segundo que su instalación en la parte izquierda de la llamada primera fortaleza la “Mota” sobre lo que hoy es San Vicente Ferrer, tampoco nos cabe la menor duda ocupando la calle Ancha, desde la puerta Trujillo hasta la de Coria y tercero lo que conlleva a nuestra hipótesis de trabajo es que podemos apreciar una ubicación distinta ya en los inicios del siglo XV, esta se refiere a la zona comprendida entre el cañón del Marqués y la puerta Berrozana, ocupando la totalidad de la calle Zapatería y plazuela de Ansano en donde estaría la sinagoga, documentos que confirman estas circunstancias y que dan a conocer  compras de inmuebles e indicaciones de oficios como se pueden leer en algunos de los documentos históricos encontrados en el Archivo Catedralicio Placentino, ¿Este cambio de ubicación se produjo tras el levantamiento en contra de esta comunidad hebraica?, lo que sí es cierto es que su último lugar de habitación estuvo fuera de las murallas en el lugar conocido como el “Berrocalillo”, ya en tiempos de los Reyes Católicos.
            Por ultimo otro de los temas en investigación por mi parte es algo que se venía hablando en diversos foros de investigadores sobre la esclavitud en Castilla durante la Edad Media, tema este que Plasencia no está exenta ya que he podido cotejar la existencia de esclavos en nuestra ciudad, como se documenta en el testamento de doña Sevilla López de Carvajal (que aquí presentamos) y que ocuparon el último puesto de la sociedad.


Texto extraído del Archivo Histórico Provincial de Cáceres.
            El cambio de dinastía que se produjo tras la muerte de Pedro I en Montiel el año de 1367 por mandato de su hermano Enrique II el de las Mercedes, ocasionó levantamientos, motines, luchas y muertes en nuestra ciudad voy a referir estos hechos de nuestra ciudad tal y como se transcriben del legajo 98, extensión 38 del archivo histórico catedralicio de nuestra ciudad, dice así:
“Estando los poderosos en Malpartida vinieron a consejo, cerraron las puertas y no dejaron más que dos abiertas la de Talavera y la de Berrozana, envió el condestable Juan Fernández de Roa y otros alcaldes y no los quisieron recibir y rondaban la ciudad decía y decían era para el servicio del rey no salía ni entraba sino es quien quisiera ni abrían las branzas hasta las 9 y cobraban a las puertas tributos. Dieron licencia a Gutierre González para derribar sus casas en la calle del Rey, para llevar la madera a Grimaldo. Arrendó las barcas de Albalat a Fernán Rodríguez que debiendo llevar a dos blancas ( equivalen a ½ maravedí) llevaba a dos o tres maravedíes y todas las guardas y términos eran suyos y por esto se adelantaron en Almaraz, Bote Belvis, Maríabuena, berzocana y otra heredad de Tello Díaz de Vega, siendo estos lugares términos de la ciudad y saquearon las casas y palacios de García de Toledo señor de Oropesa eran los que esto hicieron Diego Gómez de Almaraz, Gutierre González de Trejo, Fernán Rodríguez de Monroy, Tello Días de Vega, Ruy Pérez de Villalobos y Diego González de Carvajal. Cuando hacían regimiento en San Esteban llevaban hombres armados para que no les contradijeran, pero ellos contradecían el poder de los alcaldes. El bachiller Hernán Núñez procurados del común y tierra y López Ortiz y Gil Fernández, regidores.

sábado, 26 de marzo de 2016

LEYENDA DE PLASENCIA.


EL CRISTO DEL BORREGO
(CRISTO  DE LOS AFLIGIDOS)

            En la calle del Borrego (esta calle está situada entre la calle del Sol y la calle de Cartas), se puede contemplar encima de un muro  una hornacina que contiene una pequeña imagen de un Crucificado.
            Cuentan las leyendas placentinas que en algún momento de nuestra historia, ese pequeño Cristo, venerado en algún otro sitio, apareció tirado en plena calle.           
Una vecina, no se sabe si por caridad o por ultraje, lo arrojó entre las cenizas de sus basuras.  Aquel día cuando la gente pasaba escuchaba lamentos como de un moribundo que se quejaba. Al volver de su trabajo la menesterosa mujer, escuchó alarmada los quejidos que salían de su casa. 
            Buscando en la dirección de su procedencia, quedó horrorizada  porque los dejaban escapar los labios del Cristo que ella había tirado a los desperdicios. (Otra leyenda dice que unos judíos que vivían en unas casas cercanas le arrojaban los sábados agua hirviendo para escuchar sus lamentos.)
            Al divulgarse el hecho, se decidió hacerle la hornacina  y ponerlo encima de la pared  para evitar que se pudieran repetir los ultrajes que motivaron el milagroso suceso. 
            Se pidió permiso al Ayuntamiento y al dueño de la pared, los cuales aceptaron, y el día 7 de mayo de 1.799 el Ayuntamiento da el permiso de construcción.  Por lo tanto se ve claramente que la Hornacina y la Imagen  son de propiedad del pueblo.
            De todas maneras no se dejó hacer la capilla como se quería, pues se solicitó hacer un arco de un lado al otro de la calle, para que las personas que estuvieran rezando no se mojaran, pero el dueño de la casa de enfrente se negó, alegando que el arco le quitaría luces a la calle y a su casa.
            La pared donde está la capilla es la del patio de lo que fue Colegio de San José, del cual todavía se conserva en la calle de Cartas, la fachada de cantería con un curioso escudo, en el cual se ve un niño con un racimo de uvas y un manojo de espigas, (hay otro igual en Jaraíz de la Vera).
            Este Colegio de San José se fundó en el año 1.584, y fue su creador el Maestrescuela de la S. I. Catedral, don Juan de Belvis.
            Estaba este Colegio agregado a la Universidad de Salamanca, y por lo tanto sus alumnos estudiaban indistintamente, unos en Plasencia y otros en Salamanca.
            El Cristo es  una talla pequeña del siglo XVI, la cual ha sido siempre muy venerada en la ciudad. Prueba de ello es que se le acoplaron a los lados de la hornacina unos farolillos de aceite, y durante decenas de años han estado siempre encendidos.
            Este Cristo también ha sido llamado “de las enagüillas” por la falda que le cubría, la cual estaba rematada con unas grandes puntillas.
            Ya en el año 1.932 sufrió este Cristo otro grave atentado. Una noche unos destacados socialistas de la ciudad, en nombre de la cultura y el respeto a los valores del pueblo, se dedicaron a apedrear las capillas existentes en la ciudad.
            Aunque las hornacinas sufrieron daños, se salvaron las de la Virgen del Socorro, (detrás de la Catedral), Nuestra Señora de la Misericordia, (en la calle Encarnación), Nuestra Señora de la Guía, (en el Puente Nuevo), pero no así el pequeño Cristo de los Afligidos, el cual cayó al suelo de una pedrada, y que milagrosamente no se rompió.


http://esculturayarte.com/034143/Cristo-de-los-Afligidos-en-Plasencia.html#.VvbQVUqDPIU

            Cuando aquellos  sacrílegos vándalos iban a pisotear la imagen salió un vecino llamado D. Epifanio Aceña Hernández, el cual plantó cara a aquella panda de desalmados, y recogiendo el Cristo se lo llevó a su casa, y al día siguiente lo entregó en la iglesia de San Pedro.
En el mes de junio de 1.999 la imagen de este  milagroso Cristo fue robada de su  hornacina, sin saberse hasta la fecha nada de su paradero.
            La hornacina tenía la puerta de cristal, y nada más fácil que amparándose en la noche romperle y llevárselo.
            La Asociación Cultural Placentina “Pedro de Trejo” cumpliendo uno de sus fines, como es el de proteger el patrimonio de la ciudad, adquirió al escultor Antonio Borreguero, una pequeña talla de un Crucificado, la cual sustituye al original hasta que este aparezca, si es que lo hace.
            Para evitar que se repita el suceso se encargó una puerta con el marco de hierro y el cristal  blindado.

 

Texto extraído del libro:” leyendas placentinas” de don José Sendín Blázquez

 

lunes, 7 de marzo de 2016

PREEMINENCIAS?


RECIBIMIENTO Y PREEMINENCIAS  EN LA LUCHA ENTRE EL CONCEJO Y EL CABILDO PLACENTINO.

 

Retablo de la Catedral Nueva de Plasencia, Cáceres, España
Constaba en 1594 y 1599, que el cabildo no podía permitir que el Concejo entrase en 1594 bancos grandes con respaldo y con las armas de la ciudad, sin embargo, seguía habiendo privilegios por parte del Cabildo que tenía otra tabla de medir para los caballeros principales y cito textualmente  “...que el domingo siguiente a los hechos (día de Nuestra Señora de la Candelaria) hubo escándalo y alboroto porque un regidor se sentó en mejor asiento que un caballero de los más principales ...”(1) ¿No decía el Cabildo que para evitar males e inconvenientes mandó realizar bancos? Y ¿No decían también, que para evitar las preeminencias que hubo unos años a tras cuando los principales de esta ciudad como el Marqués de Mirabel don Fabrique de Zúñiga o don Francisco de Carvajal tenían sitio reservados en la capilla mayor se hicieron bancos para que todos fuesen iguales? Entonces cómo seguía habiendo privilegios para los caballeros más principales (2) y en cambio ¿por qué no se tenía la misma consideración cuando el Concejo iba en forma de Ciudad a la Catedral?

Los acontecimientos que se iban a producirse tenían una respuesta lógica a tanta falta de respeto y de cortesía hacia el Concejo.

En la madrugada del día 2 de febrero de 1594  y sobre las tres de la mañana cuando se celebraba en la Santa Iglesia Catedral de Plasencia la hora de maitines de la festividad de Nuestra Señora de la Candelaria, los canónigos, que estaban rezando sus salmos en el coro de la Catedral quedaron sorprendidos  al ver como algunas personas acompañados de algún regidor de la ciudad, entraban con unos bancos nuevos de nogal con respaldo alto, clavazón dorado (conjunto de clavos) y con el escudo de armas de la ciudad en cada uno de ellos.(3) Bancos por cierto que mandó realizar el Concejo a los hermanos carpinteros Antonio y Juan Rodríguez vecinos de Plasencia.

Los colocaron dentro de la capilla mayor de la mencionada iglesia y al ser tan grande, ya que eran para más de cuarenta regidores sin contar alguaciles y oficiales, ocupaban hasta las gradas de la misma capilla.

El cabildo y los pocos fieles asistentes se quedaron perplejos ante esta novedad. Sin permiso y sin conocimiento de causa, la Ciudad irrumpía a deshoras y se atrevía a hacer actos en contra del derecho canónico ya que era de uso y costumbre que cuando la Justicia y Regidores venían en forma de Ciudad se les ponía unos bancos bajos con alfombrilla y sin respaldos en la capilla mayor.


Ayuntamiento de Plasencia, Cáceres, España
 
Pueden imaginarse por un momento el hecho, la conmoción de las dignidades presente, del deán, de los arcedianos en definitiva de todas las dignidades eclesiástica allí presentes que observaban y de forma atónita la colocación de los mencionados bancos. Además veían que por su extensión ocupaban gran parte de la Capilla Mayor incluso llegaban hasta las gradas por lo cual impediría la salida del presbítero o de los minístrales a celebrar la misa o a realizar la procesión, (si no se podía hacer, ellos sus honrosas dignidades, no podían cobrar sus reales por la asistencias a estos actos).Así como los graves inconvenientes que se harían a los caballeros cuando llegaran a esta festividad y debido a lo grande que eran los bancos impedirían ver el coro a estos caballeros y podrían dejar de acudir a los oficios. ¿No  decían que no había preeminencias?...

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1, 2 y 3  Archivo Histórico Catedralicio placentino legajo 19, extensión 21, p. 5v y  ss., que corresponde al testigo nº 2 Alonso Serrano